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En la provincia de Ciego de Ávila cada una hora está muriendo una persona por coronavirus, de acuerdo con las estadísticas del Ministerio de Salud Pública (MINSAP).
“Vivimos una guerra avisada que no por eso ha dejado de matar. No se oyen los tiros, pero se ven los muertos. Son demasiados: 256 fallecidos desde enero hasta este 27 de julio, 78 decesos en tres días; cada una hora muere un avileño por COVID-19, al menos eso dicen las estadísticas oficiales y quiero creerlas”, asegura este miércoles la periodista Ailén Castilla Padrón en el diario oficialista Invasor.
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Ciego de Ávila, junto con La Habana y Cienfuegos, es ahora el epicentro de la pandemia en el país. Al cierre del tres de agosto, el MINSAP reportaba que en esa provincia había 1192 nuevos casos positivos de Covid-19, además de otros 23 fallecidos durante la jornada del martes. La cifra más alta de defunciones de todo el país.
Del total nuevos casos positivos en esa provincia, 73 pertenecen al municipio Bolivia; 99 a Chambas; al municipio cabecera Ciego de Ávila, 160; en Ciro Redondo, 157; Florencia, 6; Majagua, 1; Morón, 612; Primero de Enero, 46 y Venezuela, 38.
De los 23 fallecidos este martes, 15 residían en la ciudad avileña, seis en Morón, además de uno en Ciro Redondo y Chambas, respectivamente.
“Ciego de Ávila es hoy una ola aplastante de contagios que solo unos pocos surfean en la cresta, con síntomas leves y desde la comodidad de su casa. Al resto le ha tocado bucear en el fondo y esperar por una cama, por el medicamento, por el oxígeno o por la ambulancia, mientras el Sistema de Salud hace malabares para discernir a quién ingresar primero y cómo asistir a los más vulnerables. Créanme, eso de querer y no poder es casi tan triste como la muerte misma”, expone la citada periodista avileña.
La misma igual admite que cuando “empiezas a chocar con la realidad, re-descubres que los reportes diarios por encima de los 500 casos positivos a la COVID-19 no es estadística fatua, sino presión exponencial sobre el Sistema de Salud y el personal médico, que ya no tienen de dónde exprimirse”.
El crítico estado epidemiológico de ese territorio y el colapso de sus unidades de asistencia médica obligaron a las autoridades cubanas a enviar médicos cubanos que cumplían misión en Venezuela como refuerzo por el déficit de personal para atender los abrumadores casos de enfermos en esa provincia.
De acuerdo con el ministro de Salud Ángel Portal Miranda para Ciego de Ávila fueron destinados tres grupos de médicos cubanos, de distintas provincias del país, que renunciaron a sus vacaciones para atender la emergencia sanitaria en ese territorio.
El contingente de médicos internacionalistas se incorporará en el servicio de hospitales y áreas de salud con mayor déficit de personal, según Portal Miranda.
Ante la grave situación epidemiológica en ese territorio, esta semana las autoridades también decidieron convertir en un hospital pediátrico al hotel Ciego de Ávila, y a las escuelas de “Camilitos” y de Medicina en centros para la atención de pacientes adultos con casos complejos.
Pero al parecer los refuerzos desde Venezuela no son suficientes para atender todas las necesidades del servicio médico , ya que este martes el diario oficialista Invasor lanzó una campaña para hacer voluntariados en el hospital Antonio Luaces Iraola, donde hacen “faltan manos para sus ascensores, para conducir camillas, para limpiar salas, para subirle el jugo a un paciente, para asistirlo en la comida o en el baño”.
El déficit de personal de asistencia médica es tan elevado que este lunes la revista Alma Mater reconocía el colapso del hospital Antonio Luaces Iraola, donde su director Alberto Moronta Enrique ha tenido que ser hasta camillero, además de encargarse del traslado de pacientes graves cuando no hay médicos disponibles.
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