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El senador republicano Ted Cruz sugirió a los demócratas Alexandria Ocasio-Cortez (AOC) y Bernie Sanders que cojan una balsa rumbo al paraíso socialista de Cuba.
“Solo una vez quiero ver a un socialista de izquierda: quiero ver a Bernie Sanders, quiero ver a Elizabeth Warren, quiero ver a AOC bajar a Key West, subir a una balsa y navegar 90 millas al sur hasta el paraíso socialista", dijo Cruz en la Cumbre Turning Point USA en Florida.
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El legislador cubanoamericano presentó una conferencia sobre la historia de Estados Unidos y explicó a los presentes que la dictadura en Cuba es un ejemplo de cómo las ideologías de izquierda no funcionan.
En su opinión sobre las protestas que se iniciaron el 11 de julio en la isla, Cruz enfatizó que son las más contundentes de los últimos años y que demuestran el descontento con la revolución de los Castro.
"Sus ideas no funcionan, la tiranía no funciona, la libertad es poderosa y eso es lo que están defendiendo y estoy orgulloso de apoyarlos", dijo el senador republicano por Texas, en referencia a los cubanos que luchan por un cambio definitivo en la isla.
Cruz no es el único republicano que ha propuesto a los políticos de izquierda en su país, viajar a la isla a vivir en la realidad cubana. El senador Marco Rubio la pasada semana hizo una invitación similar a los líderes de Black Lives Matter.
Rubio, senador republicano por Florida, declaró con ironía que está preparado para apoyar a los líderes de BLM que deseen emigrar a Cuba, tras el comunicado de este movimiento en favor del gobierno de la isla, pidiendo el fin del embargo y señalando que el Estado cubano siempre han apoyado a los líderes afroamericanos.
Cruz y Rubio no están unidos solo en la lucha por derrocar al régimen cubano, también tienen un frente común contra Venezuela. En abril ambos presentaron en Washington un proyecto de ley para utilizar en favor de la democracia en ese país caribeño, los activos incautados a personas vinculadas al chavismo.
El "Fondo para la Restauración de Venezuela" se conformaría con los capitales decomisados a funcionarios de los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro que hayan sido condenados por corrupción. Sería gestionado por el Departamento de Estado norteamericano para fortalecer la democracia y la sociedad civil venezolana.
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