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La Defensa Civil en Cuba decretó este sábado la fase de alarma ciclónica para las provincias orientales y la de alerta para Sancti Spíritus, Cienfuegos, Villa Clara y Matanzas, ante la proximidad de la tormenta tropical Elsa.
Las autoridades también dictaminaron la fase informativa para La Habana y Mayabeque, en un comunicado publicado en Twitter.
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Desde la noche de este sábado, teniendo en cuenta la información del Centro de Pronósticos del Instituto de Meteorología, en la región sur oriental del país comenzarán a incrementarse las áreas de chubascos y lluvias.
Estas precipitaciones pueden ser fuertes e intensas en algunas localidades y en la madrugada del domingo la intensidad del viento y la altura de las olas pudieran provocar inundaciones costeras de ligeras a moderadas.
La Defensa Civil cubana recomendó, además, que los pobladores de las provincias de Pinar del Río y Artemisa, así como el municipio especial Isla de la Juventud deben mantenerse atentos a la evolución de este organismo ciclónico.
Igual orientó que la población debe mantenerse actualizada con las informaciones del Instituto de Meteorología y la Defensa Civil, a través de los medios de comunicación y sus perfiles oficiales de las redes sociales, además de cumplir disciplinadamente con las indicaciones impartidas por el gobierno.
El doctor José Rubiera, especialista en huracanes en el Centro Nacional de Pronósticos del Instituto de Meteorología, aclaró en la TV cubana que la tormenta tropical Elsa tenía pocas posibilidades de desarrollarse antes de impactar gran parte del territorio cubano.
Rubiera señaló que la rapidez con que el fenómeno se estaba desplazando contribuiría a que la tormenta no pasara a una mayor categoría.
“Una velocidad de traslación tan alta desacopla la circulación de niveles bajos con la de niveles medios y altos, y entonces el ciclón se debilita”, explicó en su habitual parte en el Noticiero de Televisión.
Elsa se degradó a tormenta tropical este sábado cerca de República Dominicana y Haití, después de causar significativos destrozos en las naciones insulares caribeñas de Barbados y San Vicente.
El paso del fenómeno hizo volar techos, derribó árboles y provocó inundaciones en Barbados y luego golpeó a San Vicente con fuertes lluvias y vientos de 85 mph (140 kph).
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