José Daniel Ferrer, coordinador general de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), denunció este domingo la situación crítica en la que viven los cubanos y pidió libertad para Cuba, como única vía para solucionar los males del país.
“Santiago de Cuba. Apagones diarios, la corriente eléctrica súper cara, la libra de malanga a 40 pesos, la de arroz a 80, la de carne de cerdo a 130, pollo a 120, boniato a 20... Miseria extrema, hambre crónica, policías abusadores y corruptos. ¡Hay que liberar a Cuba!”, manifestó Ferrer en su cuenta de Twitter.
El desabastecimiento de los mercados agropecuarios, la escasez de alimentos, la desigualdad y la dualidad monetaria de facto que imponen la existencia de las tiendas en moneda libremente convertible (MLC), las limitaciones y multas que sufren los emprendedores cubanos, se conjugan ahora con apagones diarios y los nuevos y elevados precios fijados para la electricidad tras la unificación monetaria conocida como Tarea Ordenamiento.
Para Ferrer queda claro que la miseria extrema y el hambre crónica que padecen amplias capas de la población cubana se deben a la ineficacia e indolencia de un gobierno más preocupado por reprimir y hacer propaganda, que por acometer las reformas económicas y políticas que la gran mayoría de expertos consideran mejorarían las condiciones de vida de los cubanos.
Sin embargo, como ha podido comprobar el líder de la UNPACU en innumerables ocasiones, el régimen cubano persiste en su política de terror estatal contra los opositores y activistas de la sociedad civil independiente, destinando enorme cantidad de recursos para dotar a sus fuerzas represivas con equipamiento y más efectivos, en vez de destinar esos dineros a hacer realidad la canasta básica de alimentación que prometió cuando empezaba el llamado “ordenamiento económico”.
Las reformas emprendidas por el régimen cubano bajo la dirección de las fuerzas armadas del país y la estrategia del zar de la economía cubana, Marino Murillo, llevaron a los dirigentes a decir que, a pesar de la eliminación progresiva de los subsidios, nadie quedaría abandonado.
En un primer momento, también sacaron pecho con el aumento de los salarios que decretaron para los trabajadores de la isla, aunque la “felicidad” duró lo mismo que la convertibilidad y la tasa de cambio oficial de los pesos a los dólares.
Con salarios mínimos de 2100 CUP, los gobernantes cubanos (principales empleadores del país) podrían garantizar a los trabajadores la compra de 2 kilos de pollo, e igual cantidad de kilos de carne de cerdo, de arroz, malanga y boniato al mes. Y todavía le quedarían al trabajador unos 500 pesos de su salario. Un cálculo hecho con las cifras del cambio oficial de 24CUP x 1 dólar.
Sin embargo, el cambio oficial en Cuba no sirve de nada. Los bancos no venden divisas bajo ningún concepto, así que el destino natural de estas es el mercado negro, en el que el dólar llega a alcanzar valores en torno a los 60 pesos cubanos. Tomando como referencia ese valor de cambio en el mercado informal, un cubano con salario mínimo podría comprar un kilogramo de cada producto que menciona Ferrer en su tuit, y le quedarían unos 50 pesos.
Comparando con España, donde un trabajador con salario mínimo ingresa unos 950 euros, la “canasta” que referencia Ferrer le costaría unos 9,50 euros si comprase un kilogramo de cada producto (Precios en España. Pollo: 2.18 €/kg; Chuletas de aguja de cerdo: 2.10 €/kg; Arroz: 0.68 €/kg; Boniato: 1,39 €/kg; y Malanga: 4,30 €/kg).
Es decir, que mientras un trabajador cubano tendría que destinar su salario casi completo para comprar un kilogramo de cada uno de los productos que menciona Ferrer (al cambio del mercado negro y si los encuentra), el trabajador español se podría comprar en España los mismos productos por la centésima parte de su salario mínimo.
Pero más allá de comparaciones sobre el poder adquisitivo de los cubanos y los españoles, la realidad que describe el líder de la UNPACU es la de un país cuya población se hunde en la miseria, no por falta de recursos en su territorio o de iniciativas de su población, sino por el injusto y cruel modelo de dominación que impide liberar las fuerzas productivas del país, para garantizar la dependencia de la población de las migajas que, cada vez menos, el régimen mal provee.
De seguir ahondándose esta situación, la población cubana se podría ver a las puertas de una hambruna o situación humanitaria, si se añaden los problemas de la sanidad pública cubana, agravados por el coronavirus. De ahí el reclamo final del tuit de este domingo de José Daniel Ferrer: "¡Hay que liberar a Cuba!".
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