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Un experimentado campesino cubano se quejó del aumento de precio que habían sufrido los insumos para la producción ante el llamado ordenamiento económico, iniciativa del Gobierno que comenzó a aplicarse este año con un significativo incremento del costo de bienes y servicios.
En declaraciones a la prensa oficialista, Fernando Ravelo observó que, antes, 46 kilogramos de semilla de calabaza se obtenían a 2 000 a 3 000 pesos en la Empresa de Semillas; mientras que, en la actualidad, cuestan 65 000, más de 20 veces el precio anterior.
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“Y la tonelada de fertilizante importado que usábamos costaba 8000; el producido en Cuba que recién recibimos, 12 200. No son precios estabilizados, sino muy variables” especificó al periódico de Artemisa.
Ravelo es presidente de la CPA Amistad Cuba – México, con 32 años de experiencia al frente de esa entidad, ubicada en la localidad de Alquízar. El campesino lamenta que los insumos suban de precio cada día, lo que complica prever ganancias o pérdidas.
“Tenemos que regar en todos los horarios excepto durante el pico eléctrico, porque el tiempo no alcanza: tarda 18 horas como promedio por cuadrante, para que el ciclo de riego sea cada cuatro o cinco días. ¡Eso sin interrupciones! Antes del Ordenamiento pagábamos unos 150 000 pesos de electricidad; luego la primera tarifa ascendió a tres millones; ahora roza el millón y medio”, detalló.
Otra de sus preocupaciones es que, a diferencia de los volubles costos de los insumos, los productos de los campesinos “sí tienen precios topados a la hora de cumplir con el encargo estatal”.
“La cuenta es sencilla. El boniato para cumplir con el encargo estatal se paga a 139 pesos el quintal. En 13,42 hectáreas a los rendimientos actuales (12 toneladas por hectárea), debemos lograr 3 501 quintales. No todo resulta de primera, por supuesto, así que una parte tendrá menor precio. Serían 486 639 pesos de ingreso, solo que la siembra y la cosecha originan un gasto de 600 000”, expuso.
“Puedes planificar la siembra de una cantidad de hectáreas de un cultivo, pero es muy inseguro predecir el costo, tras invertir en semillas, preparación de tierras y en el fertilizante del cual disponga Cuba, según el monto en el mercado internacional (a precios cada vez más altos)”, dijo.
Según declaró, las producciones de la cooperativa apenas alcanzan para cubrir los encargos estatales y el consumo social, debido a la carencia de insumos. “En Alquízar y Güira de Melena no era nada difícil cosechar 20 o 25 toneladas de boniato por hectárea; actualmente llegamos a 10 o 12, gran parte para el consumo animal (de menor calidad) y el precio baja”, apuntó.
“Yo pienso como país, y no creo que sea momento para seguir subiendo los precios de venta a la población”, aseveró.
Recientemente, el Gobierno cubano dijo que se encontraba estudiando la eliminación de algunas cooperativas agropecuarias y la fusión de otras ante la improductividad de estas formas de gestión y deficiencias detectadas por expertos del Ministerio de Agricultura.
Por otro lado, la administración de Miguel Díaz-Canel ha estado incentivando las ventas de insumos a trabajadores agrícolas en Moneda Libremente Convertible (MLC). Tales ventas se han diversificado con el tiempo y hoy incluyen hasta fertilizantes producidos en la isla por la planta NPK, enclavada en la Zona Industrial de Cienfuegos.
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