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Precisada a lavar la pobre imagen ofrecida hasta hoy, España rubricó su mayor goleada en Eurocopas al batir 5x0 a Eslovaquia y aseguró el segundo puesto de la llave E, ganada por Suecia en los últimos compases de su match contra Polonia.
Muy criticado después de los dos empates previos, Luis Enrique le dio entrada al capitán Sergio Busquets, mandó a Eric García y César Azpilicueta al campo y dejó a Álvaro Morata y Gerard Moreno en ataque, ayudados por Pablo Sarabia.
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El equipo entró lleno de bríos al césped de La Cartuja, y a los 12 minutos negoció un penalti que esperanzó a toda la Madre Patria hasta que el disparo de Morata fue detenido por el meta Dubravka. Era el quinto tiro de este tipo que la Roja fallaba en sucesión, tras los errados por Sergio Ramos (dos ante Suiza), Abel Ruiz (Lituania) y Gerard Moreno, en el duelo de hace unos días versus Polonia.
Pero España no se vino abajo mentalmente, siguió moviendo el balón con un Pedri imperial y gozó de dos ocasiones clarísimas en las botas de Sarabia y el propio jovencito de Canarias. Eslovaquia defendía muy atrás, y a la altura del 30’ su portero pasó de héroe a villano cuando protagonizó el blooper del torneo al meter la pelota en su cabaña con un remate al más puro estilo del voleibol.
Por supuesto, hacía falta el gol de la tranquilidad, y en el descuento de esa primera parte subió a la pizarra gracias a un cabezazo colocadísimo de Aymeric Laporte a centro de Moreno.
La presión funcionaba, la posesión era un hecho, y solo había que seguir ‘lanzando golpes’ para sentenciar definitivamente el choque. Los eslovacos introdujeron cambios forzosos para el complementario, pero nada evitó el chaparrón...
Le cuento. Al 56’, una gran jugada por la banda izquierda finalizó con un pase de Jordi Alba que Sarabia mandó al fondo de las redes. Al 67’, Ferrán Torres –en su primer toque en el partido- apeló a un taconazo exquisito tras ser asistido por Sarabia, en noche mágica. Y ya al 71’, Juraj Kucka marcó el segundo autogol de su alicaída escuadra.
Más dura fue la pelea en San Petersburgo, donde Polonia –obligada a imponerse para no repetir el papelón del Mundial 2018- se colgó del talento de Robert Lewandowski para remontar dos dianas, mas acabó perdiendo in extremis frente a Suecia.
Apenas al minuto dos, Emil Forsberg adelantó a los suyos con un remate cruzado que se convirtió en el segundo más rápido en la historia del certamen, solo por detrás del que anotó el ruso Dmitri Kirichenko en 67 segundos ante Grecia en la Euro 2004.
Luego, al 59’, Forsberg volvió a darle alegrías a Suecia al recibir en la frontal un pase de Kulusevski y dirigir la esférica con un golpeo fortísimo de pierna derecha.
Sin embargo, los polacos contaban en sus filas con el delantero más letal de estos tiempos, así que Lewandowski descontó al 61’ con un golazo que se coló por la escuadra de Olsen, e igualó el score al 84’ para quitarle momentáneamente el liderato del grupo a los suecos.
Aferrados a encabezar el apartado, los de amarillo dictaron sentencia en el 93’ a través de Viktor Claesson, aniquilando de un tirón toda ilusión polaca.
A la postre, Suecia acabó en punta con siete unidades, España le siguió los pasos con cinco, y cerraron la fila Eslovaquia (3) y Polonia (1).
El rival de los ibéricos en octavos de final será la complicada Croacia de Luka Modric. El de Suecia está por determinar aún.
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