Italia arrolló a Turquía en el arranque de la Eurocopa

La Azzurra no creyó en la rocosa defensa de los otomanos.

Immobile sentenció la historia. © @EURO2020.
Immobile sentenció la historia. Foto © @EURO2020.

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Este artículo es de hace 3 años

La tetracampeona universal Italia comenzó a lavar la vergüenza de su ausencia en el último Mundial al golear 3x0 a una Turquía que llegó a la inauguración de la Eurocopa con el aval de disponer de una defensa sólida.

Italia enseñó su nueva cara desde los primeros compases del partido (más posesión y menos catenaccio), y a partir del cuarto de hora amenazó la puerta turca con disímiles recursos, desde un remate dentro del área de Insigne hasta un obús lejano de Bonucci y un testarazo de Chiellini.


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Encima, la hiperactividad de Spinazzola por izquierda frenaba en seco las incursiones de Kenan Karaman, una de las bazas de contrataque del DT Senol Gunes. Mientras Italia abría el campo a plenitud, Turquía no presionaba en la salida.

Sin embargo, esa prudencia le rindió dividendos a los turcos, que aguantaron para dejar el marcador a cero en el período inicial, aunque la táctica les exigió correr en demasía detrás de la pelota, con el consiguiente desgaste de sus hombres.

Tanto fue el predominio azzurra durante esos 45 minutos, que la estadística daba cuenta de un 64 por ciento de tenencia del balón, con 14 disparos contra ninguno del rival.

La hermeticidad otomana –el equipo solo aceptó tres goles en diez juegos de la clasificatoria- se quebró a la altura del minuto 53, y ocurrió del modo más inesperado: Berardi centró fuerte en busca de Immobile, y el joven Merih Demiral desvió la esférica hasta el fondo de las redes.

A partir de ese momento Italia se lanzó cada vez más en busca de la meta de Ugurcan Cakir, y un rechace suyo cayó a los pies del cañonero de la Lazio, el gran Immobile. 2x0. Italia conservaba así su invicto de casi tres años, y los tiffosi celebraban tener pie y medio en los octavos de final. Poco después, el precioso disparo de Insigne no hizo otra cosa que rematar la faena.

Al final, quedó la impresión de que habrá que contar un poco más con los muchachos de Roberto Mancini, el técnico que se atrevió a maquillar el rostro del aburrimiento con los colores del fútbol de osadías.

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Michel Contreras

Periodista de CiberCuba especializado en béisbol, fútbol y ajedrez.


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