El sacerdote cubano Fernando Gálvez concedió este miércoles una entrevista al espacio La hora de Cuba donde se refirió al papel de la iglesia católica en la crisis política que atraviesa el país, así como a los retos que trae “expresarse con libertad” en la Cuba de hoy.
“Un sacerdote tiene las mismas necesidades de la gente. Cuando un sacerdote constata que la gente no tiene qué comer, o no tiene medicamentos, le duele porque él también come y también se enferma. Cuando un sacerdote ve que alguien no se puede expresar porque tiene miedo, le duele, porque él forma parte del mismo mecanismo”, manifestó el cura, quien ofrece servicio pastoral en la parroquia de Nuevitas, Camagüey.
El periodista Henry Constantin inició la conversación indagando si las instituciones religiosas, como en este caso la iglesia católica, “debe meterse en política” a lo que Gálvez respondió que “la doctrina social de la iglesia es clara”, y le impide “hacer política partidista (…) pero todos hacemos política”.
“Es necesario que la iglesia se meta en la política en el sentido de que hay intereses comunes que la iglesia tiene que defender, tiene que proteger, tiene que promover, custodiar, enseñar (…) muchas veces la iglesia tiene que salir en defensa de las personas que Dios les ha confiado”, aseguró el sacerdote.
Sobre las funciones de las figuras religiosas en la comunidad, así como los límites de la acción ciudadana de estos, el padre se refirió a la imposibilidad de convocatoria de la iglesia, no obstante, aseguró que acompañará a sus fieles en cualquier exigencia pacífica que promueva un cambio político dentro de la isla.
“La religiosa o el sacerdote están inmersos en la vida activa del pueblo. Cuando uno conversa con los fieles y te dicen “yo me quiero ir”, “padre yo asumo un compromiso pero por poco tiempo porque mi plan es irme”, es muy triste. La patria necesita que los jóvenes sueñen en Cuba y para Cuba. Ojalá los jóvenes encuentren ese camino. Los sacerdotes estamos muy interesados en estos cambios, para que los jóvenes se animen y se sientan acompañados, y encuentren su voz en nuestra voz, y puedan soñar desde dentro”.
Según Gálvez, la iglesia está interesada en ayudar a los jóvenes a construir, a edificar, a aportar en su sociedad. Y para ello apoyarán cualquier acción que se acometa en este sentido.
“No me atrevo a salir a la calle. La iglesia no convoca, pero se les acompaña. Yo los voy a acompañar, y si reparten golpes, yo cojo los míos, y así tocamos a menos, pero esta convocatoria les toca a los laicos”, indica.
Gálvez fue ordenado sacerdote en 2016, estudió en el seminario San Carlos y San Ambrosio, y ofrece su servicio pastoral en una parroquia de Nuevitas, Camagüey.
“Hay mucha injusticia en Cuba. Ojalá que la gente que ve estas mismas noticias que yo sintieran el mismo ardor. No creo que las injusticias se combatan con buenas acciones, hay que pasar a la palabra y a la exigencia pacífica”, sugiere el religioso cubano.
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