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El presidente norteamericano, Joe Biden, se reunirá con su homólogo ruso, Vladimir Putin, el 16 de junio en Ginebra, Suiza, según informó este martes la Casa Blanca en un comunicado.
"Los líderes discutirán toda la gama de cuestiones urgentes, mientras buscamos restaurar la previsibilidad y la estabilidad de la relación entre Estados Unidos y Rusia", declaró Jen Psaki, secretaria de prensa de la Casa Blanca.
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Desde que arribó a la presidencia, en enero de este año, Joe Biden ha hecho varias exigencias a Rusia que han elevado el tono de tensión en las relaciones entre ambos países.
Entre las exigencias hechas por Biden: que Putin deje de intentar influir en las elecciones estadounidenses, que se detengan los ciberataques a las redes estadounidenses procedentes de Rusia, que deje de amenazar la soberanía de Ucrania y que libere al preso político ruso, Alexei Navalny.
La Casa Blanca ha sido cautelosa a la hora de asegurar que Biden busca con el encuentro un "reinicio" en las relaciones con Putin, según subraya este martes la agencia Reuters.
Funcionarios estadounidenses ven el cara a cara como una oportunidad para reequilibrar la relación tras lo que consideran como insinuaciones aduladoras del expresidente, Donald Trump, hacia el líder ruso.
Miembros del gobierno ruso, por su parte, dijeron a la citada agencia noticiosa que ven la cumbre de junio como una oportunidad para escuchar a Biden directamente, después de lo que una fuente cercana al gobierno ruso calificó de mensajes contradictorios del nuevo gobierno estadounidense.
A principios de marzo, Joe Biden pidió a Putin que redujera las tensiones provocadas por la presencia de militares rusos en la frontera con Ucrania y propuso una cumbre para abordar varios asuntos. El Kremlin dijo en ese momento que una cumbre dependería del comportamiento de EE.UU., y pidió a Washington que desechara un plan para imponer nuevas sanciones a Rusia.
A pesar de las protestas de Moscú, EE.UU. impuso a comienzos de marzo una serie de nuevas sanciones contra Rusia. Las sanciones fueron dirigidas a altos funcionarios rusos, incluyendo a los subjefes de personal de Putin, por el envenenamiento y posterior encarcelamiento de Alexey Navalny. Aunque Navalny sobrevivió a su envenenamiento, una gran cantidad de críticos de Putin fueron asesinados o murieron sospechosamente.
En abril llegaron nuevas sanciones por presunta interferencia en las elecciones estadounidenses de 2020, piratería informática, intimidación a Ucrania y otros actos que consideró "maliciosos".
Otro punto de confrontación tuvo lugar a mediados de marzo cuando Biden dijo que el líder ruso Vladimir Putin es un asesino sin alma y prometió que pronto pagaría un precio por su intento de interferir en las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 2020, buscando favorecer la reelección del entonces presidente Donald Trump.
Preguntado durante una entrevista para el programa “Good Morning America” si creía que Putin es un asesino, el presidente Biden contestó: “Sí, lo creo”.
Las fuertes palabras de Biden sobre su homólogo ruso contrastan con el discurso de Trump, quien durante sus años en el cargo se negó a criticar a Putin o a considerar que interfirió en las elecciones de 2016.
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