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La entrada multitudinaria de más de 6 mil ciudadanos marroquíes que accedieron de manera irregular a Ceuta este lunes ha desembocado en un despliegue del Ejército español por las calles de la ciudad autónoma.
En las últimas 24 horas, miles de jóvenes, pero también familias enteras, se han lanzado al mar ante la pasividad de las autoridades marroquíes, hasta alcanzar la costa bordeando los espigones marítimos del Tarajal y Benzú, donde se han desplegado tanques y otros efectivos del Ejército español.
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Al menos un marroquí ha fallecido intentando bordear el espigón de Tarajal a nado entre cientos de compatriotas.
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, aseguró ayer que unos 1500 inmigrantes ya habrían sido devueltos a Marruecos, pero todo indica que han seguido llegando personas a nado y a pie este martes.
De todos los que han cruzado, alrededor de 1.500 serían menores de edad, por lo que no podrán ser expulsados de forma expeditiva, como en ocasiones anteriores.
Los inmigrantes también han lanzado piedras contras las garitas de la Guardia Civil, cuyos agentes de los Grupos de Reserva y Seguridad (GRS) han realizado disparos al aire para disuadir al elevado número de personas concentradas en la playa.
No se tiene constancia de que se hayan producido heridos durante la trifulca.
La entrada de 6.000 personas de forma irregular en un solo día es un acontecimiento inédito en España. Ni en los momentos de más presión migratoria se han alcanzado cifras similares. El récord más reciente fue a principios de noviembre, en Canarias, cuando entraron en un solo día 1500 personas y ese fin de semana acabaron desembarcando casi 2200 migrantes.
La actual avalancha de marroquíes sobre la frontera de Ceuta responde a una intención deliberada del gobierno de Rabat, que ha ordenado no intervenir a sus agentes fronterizos y "castigar" así a España tras una crisis diplomática entre Madrid y Rabat. El gobierno marroquí acusa a España de haber dado protección y cuidados hospitalarios en La Rioja al actual líder del Frente Polisario, Brahin Gali, de 73 años, al parecer afectado de COVID-19, y cuya presencia en España, con identidad falsa, fue descubierta por los servicios secretos marroquíes.
El Ministerio de Asuntos Exteriores marroquí deploró la decisión española de acoger a Gali y expresó su decepción por este acto contrario al espíritu de asociación y buena vecindad, que afecta a “una cuestión fundamental para el pueblo marroquí y sus fuerzas vivas”, en alusión a la soberanía del Sahara.
Los soldados desplegados en Ceuta se van a encargar, de la mano de la Policía Local, la Nacional y la Guardia Civil, de "agrupar a los inmigrantes desperdigados" y de prestar todo el "apoyo logístico" que ha reclamado la Delegación del Gobierno.
La Administración General del Estado y la Ciudad Autónoma mantuvieron una reunión telemática a última hora de la tarde para coordinar el dispositivo de acogida, que se pretende centralizar en las naves comerciales anexas a la frontera, vacías en su mayoría desde el cierre del paso a mediados de marzo del año pasado.
Por su parte, el presidente español Pedro Sánchez, publicó en Twitter un mensaje de apoyo a la ciudad. “Mi prioridad en este momento es devolver la normalidad a Ceuta. Sus ciudadanos y ciudadanas deben saber que cuentan con el apoyo absoluto del Gobierno de España y la máxima firmeza para velar por su seguridad y defender su integridad como parte del país ante cualquier desafío”.
Sánchez ha cancelado, incluso, su viaje a París previsto para este martes para participar en una cumbre en la que se tratarán programas de apoyo financiero al continente africano y hará una declaración institucional tras el Consejo de Ministros, en el que se abordará la situación en Ceuta y también en Melilla.
Por su parte, la comisaria de Interior de la Unión Europea, Ylva Johansson, avisó este martes a Marruecos de que su frontera con Ceuta es también “frontera con la UE” e instó a Rabat a cumplir con sus compromisos de control del paso de migrantes irregulares y frenar la llegada “sin precedentes” que se está registrando en la ciudad autónoma.
”La frontera española es frontera europea, la UE quiere construir la relación con Marruecos en base a la confianza y compromisos compartidos, la inmigración es un elemento clave a este respecto”, ha afirmado la comisaria en un debate sobre migración en el pleno del Parlamento europeo, durante el cual numerosos eurodiputados han alertado sobre la situación en Ceuta.
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