La labor humanitaria que está haciendo el humorista cubano Limay Blanco en la isla ha colmado de felicidad a muchísimas familias necesitadas que han visto en el artista una vía de escape y la solución a algunos de los incontables problemas que presentan debido a las carencias que se viven en el país.
Sin embargo, hay otras personas que han querido aprovecharse de su obra solidaria y han acudido al comediante con el objetivo de satisfacer gustos materiales en lugar de presentarle algún requerimiento urgente que solucionar.
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Precisamente a este tipo de personas que diariamente le escriben, Muñi Muñi, como también se le conoce al humorista, ha dedicado un vídeo en el que les envía un contundente mensaje y con el que pretende frenar a todos aquellos que le piden cosas sin ser de primera necesidad como comida o medicamentos.
"El que está poniendo la cara aquí soy yo. El que está pasando las penas y están atacado por pedigüeño, ladrón, descarado y no sé cuántas cosas más dicen en las redes, es a Limay. A las personas que me están llamando por teléfono, tengo el WhatsApp repleto, Messenger reventado, tengo el teléfono partido", fueron las primeras palabras que lanzó el comediante.
Seguidamente, Limay Blanco añadió: "Este es un proyecto de ayuda que se llama Cristo cambia vidas y lo hago para agradar a Cristo. La mayoría de las personas que están ahí, al menos el 80 por ciento de las que apoyan el proyecto son cristianos".
"Pero ahora, vamos a hablar de las personas que están pidiendo, las personas que necesitan. Hay personas que me dicen: 'hermano, me hace falta que me ayudes, a ver si me puedes comprar un PlayStation'", expresó Limay Blanco con cara de enfado.
A continuación, el humorista nombró otros pedidos que le han hecho como ha ocurrido con personas que le han llamado para pedirle teléfonos celulares.
Limay Blanco, por otra parte, pidió "paciencia" a quienes acuden pidiéndole ayuda para solventar sus problemas, pues va poniendo como prioritarias a las familias más necesitas y a los niños que requieren urgentemente algún medicamento o accesorio como una silla de ruedas.
"El que tiene que estar aguantando críticas soy yo, tanto de aquí como de allá. Así que por favor, tengan paciencia, tengo cuatro casos abiertos que tengo que acabar de resolver y están duros", concluyó.
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