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Jóvenes animalistas celebraron el Día del Perro en Cuba en el Cementerio de Colón, apenas unas horas después de que el gobierno diera a conocer el contenido del Decreto-Ley de Bienestar Animal.
Los activistas acudieron a la conocida como Tumba de la Fidelidad en la necrópolis habanera, donde rindieron tributo a la protectora estadounidense Jeannette Ryder, fallecida hace 90 años.
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La fecha, que se conmemora el segundo domingo de abril, tiene este año una connotación especial, porque fueron los esfuerzos y la presión de estas personas los que obligaron a las autoridades a elaborar el Decreto-Ley, que el Consejo de Estado aprobó el pasado 26 de febrero.
Acerca de la nueva norma, Nathalie Osorio, del grupo Cubanos en Defensa de los Animales (CEDA), valoró que es “un gran paso en el camino de lograr una sociedad responsable, respetuosa y sensible hacia todos los animales, una sociedad más humana, donde no quepa la violencia”.
No obstante, según la activista, aunque es cierto que el Decreto-Ley brinda “cierto respaldo legal para exigir el derecho a la vida digna de todas las especies y contra conductas vejatorias y crueles”, también posee “omisiones importantes”.
“Por poner unos pocos ejemplos: en la nueva legislación los gallos de pelea y los animales violentados en rodeos y circos siguen sin protección. Igualmente la legislación considera válido y legal el sacrifico de los perros y gatos como una forma de controlar poblaciones callejeras”, subrayó.
“A partir de ahora también tendremos otro reto: lograr que la legislación se invoque en los casos que meritan, y que su reglamento se aplique. Eso será tarea de cada uno de nosotros”, expresó Osorio.
“Por eso este movimiento de protectores, rescatistas y amantes de los animales tiene que lograr unirse más allá de las individualidades. (…) Y desde esa unión tenemos que luchar hoy y siempre contra el maltrato y la crueldad”, concluyó.
Los defensores de los derechos de los animales depositaron flores y una bandera nacional en la lápida de la filántropa norteamericana, quien descansa en el lugar junto a su perro Rinti, que se dejó morir de hambre tras el fallecimiento de su dueña.
"Hoy este lugar se cubrió de flores, agradecimiento, homenaje, tributo a su memoria, su obra nacida del más noble y altruista sentimiento será recordada y seguida siempre. Es el lugar donde reposa Jeanette Riders y su perrito Rinti, es el monumento a la fidelidad, al amor infinito del hombre con su perro", comentó la activista Marina Álvarez en su muro de Facebook.
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