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El Estado cubano, a través del Centro Nacional para la Producción de Animales de Laboratorios (perteneciente a BioCubaFarma), parece haber encontrado en la venta de mascotas un excelente negocio.
Cubanos en Defensa de los Animales (CEDA), la asociación que se opone frontalmente a la comercialización de animales, denunció en redes sociales que el Cenpalab, una de las entidades oficiales involucradas en la aprobación a contrarreloj del aún no publicado Decreto-Ley de Bienestar Animal, sea quien gestione este tipo de tiendas.
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"La venta de animales se opone a la causa animalista porque los animales son utilizados para reproducir y a los que nacen de la reproducción los venden a cualquiera que pague su precio", escribe CEDA en Facebook. "La comercialización fomenta el maltrato, sobre todo la reproducción en fábricas de animales como esta".
"Estos cachorros y ejemplares adultos que se venden son producto de la explotación de animales que han nacido y vivido toda su vida en cautiverio. Los animales en cautiverio, en centros como CENPALAB, se les garantiza un espacio mínimo para vivir -la jaula o caja- se les limpia, se les provee de agua y temperatura adecuada, y se vigila su estado de salud, PERO son objetos vivos productivos, objetos al fin y al cabo. No se les enriquece, no se les socializa cómo verdaderamente necesitarían", aseguran los animalistas.
"Vender animales, y venderlos además sin esterilizar, es fomentar más el abuso animal, pues fomentará la cría de perros como negocio -a partir de esos perros que se compran sin esterilizar- y por tanto su explotación y maltrato, también el de su descendencia", añaden.
Sin embargo, los altos precios de las mascotas apuntan a un negocio floreciente. Según listas de precios divulgadas en las redes sociales, en las tiendas del Estado el precio de un cachorro de rottweiler puede llegar a los tres salarios mínimos (6300 pesos) y un perro labrador de más de tres meses puede costar casi 5 700 pesos.
Recientemente, una de las integrantes del movimiento animalista cubano, Valia Rodríguez, se quejó de que el Ministerio de Agricultura haya redactado la Ley de Bienestar Animal contando con quienes lucran con los animales, pero no con los activistas que defienden su protección y denuncian el maltrato.
"No invitaron a nadie que le hiciera contraparte a los que ven a los animales como cosas para ser usadas y sacarles provecho", recalcó en su escrito compartido hoy en Facebook.
CiberCuba preguntó recientemente a dos animalistas cubanos por qué se oponen a unos comercios que existen en buena parte del mundo.
En esencia contestaron que porque en Cuba no existen mecanismos de control que garanticen las condiciones sanitarias en que son criados y reproducidos los animales a la venta. Pero también porque consideran que en el país al no existir refugios para recoger animales abandonados en las calles, urge promover la adopción.
"No se puede comparar la situación en la que están las tiendas de mascotas aquí en Cuba, por ejemplo, con las tiendas de mascotas de España, donde todo eso lo controlan. Aquí las personas que lucran con los animales los tienen en pésimo estado. Yo tengo un amigo que compró una pastora en algún momento y dice que se le partió el alma cuando fue ahí (a una tienda de mascotas). Juró que más nunca por las condiciones en las que estaba la madre de esa perrita", comentó Aylín Sardiñas, una activista de La Habana que participó en la manifestación frente al Ministerio de Agricultura. Esta protesta consiguió la firma del Decreto de Bienestar Animal en Cuba, retraso en varias ocasiones.
"Eso trae consigo que los animales no estén en buen estado. Al final esos animales terminan estando súper enfermos. No sólo con problemas de la piel. También porque los echan entre hermanos y primos. Eso es fatal para ellos y para la genética. Aquí en Cuba eso es un desastre y nosotros estamos completamente en contra de eso. Es un sentimiento generalizado", agregó.
"En otros países la postura de los animalistas contra las tiendas de venta de animales no es tan agresivo porque las leyes de esos países incluyen regulaciones que evitan que estas tiendas sobreexploten a los animales, que no tengan las condiciones; que solamente los clubes puedan reproducir las razas, pero aquí no. Hoy día ni se conoce la Ley de Bienestar Animal; que no ha salido todavía en la Gaceta Oficial y ya se estén inaugurando tiendas para vender medicamentos que incluyen la venta de animales sin una especificación", señaló Sergio Boris, activista cubano, a CiberCuba.
"Nos parece mal. Una de las cosas que tiene que hacer la ley es incitar a la gente a adoptar animales, que es el gran problema que tiene Cuba y más, no teniendo refugios. Y que en estas circunstancias que lo que hagas sea promover la compra de animales de dudosa procedencia, está mal. Nunca se dijo y nunca se habló. Cuando directivos nos atacan nos damos cuenta de que les está interesando poco el bien de los animalitos", concluyó.
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