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Maykel Osorbo, activista, músico y huelguista de los acuartelados en la sede del Movimiento San Isidro, agradeció a los cubanos que se unieron este fin de semana para protestar contra la represión y la violencia policial en Cuba.
"Gracias a todo el que apoya. Siento todo el apoyo y el cariño estén donde estén. Todos los mensajes que me mandan. Gracias al barrio de San Isidro por hacer Historia y no permitir el abuso policial. Gracias al cubano que rompió el miedo y hoy es más libre. A todo el que esta súper conectado con todos los movimientos en contra de este régimen. Gracias", dijo Osorbo en su perfil de Facebook.
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El mensaje va acompañado de una foto en que se ve libre de unas esposas policiales, tras escapar de un intento de detención arbitraria. A esta imagen dedicó unas palabras, destacando su simbolismo.
"Esta foto, por cierto, no es mía, es de cada cubano que decida quitarse el grillete y decir la verdad de las cosas para mejorar a nuestro país, nuestra patria", dijo Osorbo, cuya imagen se ha hecho viral quizás porque evoca, de una manera auténtica, real, otros períodos de lucha en Cuba.
"Esa imagen de Maykel Osorbo, cimarrón, sin camisa, con unas esposas colgando de un brazo porque no se dejó poner grilletes, y la gente de San Isidro coreando Patria y Vida a la policía y a los segurosos en su cara... es imposible que no emocione. La gente en la calle, niños, mujeres, hombres, todo espontáneo, sin lugar para el discurso gastado del mercenarismo. La libertad de siente cada día más cerca. Se acabó", dijo por su parte el periodista cubano José Raúl Gallego.
La activista Carolina Barrero comentó que la imagen cuenta mejor que las palabras lo ocurrido en el barrio de San Isidro. Argumentó que se pudo ver a la gente en la calle protegiendo con sus propios cuerpos y su voz al Funky, Maykel Osorbo y a Luis Manuel Otero.
"El brazo esposado de Maykel al aire es la voluntad amordazada de un pueblo que se levanta. Estamos con los huelguistas de Altamira. Ellos devolvieron las piedras que tiraron ayer los cobardes. Si la policía mantiene el cerco e impide la entrada de medicinas y alimentos, será responsable de la tragedia que pueda sobrevenir", dijo Barrero.
Jorge Luis Wichy García también se refirió a la foto de Osorbo con el grillete roto en alto. Destacó que de estos muchachos de San Isidro "podría surgir, en cualquier momento, un impulso de esos que forman avalanchas, de esos que hasta el momento no han ocurrido al calor de cabezas más estudiadas" en Cuba.
Este domingo de Resurrección (por la tradición católica), decenas de cubanos se manifestaron contra el Estado, frente a la sede del Movimiento San Isidro, en medio de un fuerte cerco policial.
El líder del Movimiento, Luis Manuel Otero Alcántara y el activista Maykel "Osorbo" estuvieron arropados por una multitud de vecinos del barrio de San Isidro que corearon a toda voz la letra de la canción Patria y Vida y frases contra las autoridades cubanas.
La multitud reclamaba un cambio de sistema en Cuba, el cese de la represión policial contra el pueblo y mostraban su rechazo a las medidas de la administración de Miguel Díaz-Canel.
Las protestas se desarrollaron bajo una fuerte presencia policial. La Seguridad del Estado desplegó varias patrullas, oficiales uniformados y agentes vestidos de civil en el lugar.
La activista Anamely Ramos compartió un mensaje para los cubanos que desde todos los rincones del mundo siguen con atención lo que ocurre en el barrio de San Isidro y en Santiago de Cuba.
"Para todos los que siguen preocupados: todos están bien, libres y en sus casas. Lo de hoy fue grande pero hay que seguir.
#TodosSomosUnpacu, #AmarEsResucitar" escribió en su perfil de Facebook la curadora de arte cubana.
El Movimiento San Isidro se solidariza con la causa que actualmente libra la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), donde casi 50 cubanos se mantienen en huelga de hambre desde hace más de 16 días y el estado de salud de varios de ellos presenta un profundo deterioro.
La protesta pacífica de estos miembros de UNPACU es contra el cerco policial que mantiene la policía política en Santiago, que prohíbe el paso, detiene y golpea a quienes se acercan a la sede de la organización para recibir alimentos y medicamentos, labores humanitarias que llevan estos activistas en Cuba.
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