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Tristemente Karla Pérez es un nombre que se ha escuchado continuamente desde hace unos días, dándola a conocer en el mundo entero, debido a la decisión adoptada por Cuba, de impedirle la entrada al país, aun siendo ciudadana cubana. Muchas han sido las reacciones de personas dentro y fuera de la Isla, unas dándole apoyo y otras no; pero lo interesante de estas reacciones, en algunos casos particulares, son las personas que las han emitido o que se han hecho equivocadamente voceros de este lamentable hecho.
René González Sehwerert es otro nombre de los conocidos entre los cubanos y una de las personas que se tomó el tiempo de hacerle saber al mundo su opinión respecto al caso de Karla, al publicarla en su página de Facebook. Es a Ud., Sr René González, a quien dirijo mis modestas reflexiones.
Me desconcertó saber a través de su propio mensaje, que muy a pesar de ser quien es, Cubadebate, uno de los medios oficialistas del régimen cubano, no quiso publicar sus palabras y se perdiera de ser la vocera de su nota, que ciertamente tiene de todo lo que ellos han defendido. ¿Por qué? Eso solo lo saben ustedes. Sin embargo, me tomo el atrevimiento de responder su publicación.
“Somos víctimas por más de 60 años”. “El último show anticubano (…) Show para hacer ver al régimen como violador de derechos humanos y de libertad de movimiento”, dice casi desde un inicio.
¿Perdón? ¿Y no es verdad? ¿Ha tenido en sus manos la Constitución de la República de Cuba, Sr? ¿Ha tenido tiempo de hojearla y, más importante aún…, de leerla? Por si acaso le aviso que esa Constitución tan ampliamente defendida por su régimen dice textualmente que ningún cubano puede ser tratado de forma indigna, ni ser sometido a ningún tipo de acto que implique discriminación en cualquiera de sus variantes, que todos tienen derecho a la libre expresión y que su ideología no puede ser usada como excusa para vulnerar los derechos que les leyes cubanas les reconocen y yo le pregunto: ¿Le parece honesto, digno y decoroso lo que hicieron? No es necesario que responda porque queda claro en su mensaje. ¿Sabe cómo se llama lo que se le ha hecho a Karla Pérez, Sr? Se llama DESTIERRO. Pero recuérdele a su gobierno que ella, pésele a quien le pese, es ciudadana cubana y esta condición, según nuestra Carta Magna, es irrenunciable, excepto cuando se sigan los procedimientos legales establecidos, y eso no ha ocurrido, Sr., porque un gobierno que se respete no envía esa clase de notificaciones con un agente “anónimo” de una aerolínea.
Por otra parte, “¿Somos víctimas?”. No Sr., “somos” es la primera forma del plural del verbo ser y eso lo incluiría a usted, pero usted no ha sido víctima por 60 años, usted en todo caso lo fue por 15 años, porque le recuerdo que usted no estaba en Cuba, Sr., usted vivía en Miami, sí… allí en el corazón del imperio. Y vivió allí después de robar un avión acá en Cuba, aterrizó 20 minutos después en Estados Unidos y se presentó como desertor del castrismo para poder convertirse en un agente secreto infiltrado… ¿Se le olvidó, Sr., cómo vivió en esa etapa? No fue como víctima, eso es seguro, porque estoy convencida que no pasaba horas enteras haciendo cola para comprar el pan diario, la comida, el jabón… No vivió con una patrulla vigilando en la puerta de su casa, ni con militares esperando a que usted saliera para detenerlo (a pesar de lo malo que es el “imperio revuelto y brutal”). Trato de imaginar sus penurias, la represión y la violencia con que lo recibió el “capitalismo arbitrario”, mientras cumplía su “misión”, pero no logro concretar la imagen. ¿Será que eso no pasó? Y digo “misión” porque lejos de cualquier lógica jurídica, a su labor de informar a la Seguridad del Estado sobre todo lo que obtenía información no se le tildó de espionaje. ¿Según quién? Porque nuestro Código Penal Cubano dice lo contrario, Sr., espionaje era justo lo que usted hacía y eso es delito en cualquier parte del mundo.
Lamento todo lo que tuvo que vivir en cárceles norteamericanas y me alegro que de la manera que fuera, usted y sus 4 compañeros terminaran siendo libres, porque la libertad es lo más valioso que tiene el hombre, pero no olvide, Sr., que todo lo que usted hizo tipificó algún delito en ambos lados del estrecho de la Florida. De más está decir lo que pasa con la ley norteamericana y todo lo que usted hizo, porque usted lo sabe mejor que yo. ¿Cree que su condena en Estados Unidos fue ilegal, severa e imparcial? ¿Sabe quién es Leandro Cerezo Sirut? Le invito a investigar, Sr., ¿Sabe que en esa Cuba que lo recibió como un héroe, robar un avión con el propósito de salir del país, es un delito? ¿Sabe cuál es la condena a imponer en ese caso? No peque de ingenuo, Sr., que usted no lo es. ¿Pasó 17 meses en aislamiento? ¿Aún recuerda lo que sintió cada minuto de esos 17 meses? Pues le cuento, Sr., que ese régimen que usted defiende tiene a Leandro en aislamiento hace 14 años… No obstante, créame que no espero que usted lo entienda.
Lamentablemente, a diferencia de Karla Pérez, usted es un criminal confeso y condenado, investido de la condición de Héroe de Cuba.
“Ella es un instrumento”,dijo, y tiene toda la razón, solo le faltó aclarar un instrumento de quién. “No fue casual su estancia en Costa Rica”. Obvio que no, Sr., esa fue la consecuencia de haber sido expulsada de la universidad en Cuba, de lo contrario hubiera tenido que renunciar a su sueño de ser periodista y espero que me diga si puede, claro, ¿qué se esperaba que hiciera ella?
“Tenemos todo el derecho de defendernos, de legislar y aplicar las leyes resultado de esa legislación (…) utilizar los medios de comunicación para incitar a la violencia, es un acto criminal”. Y su caso, Sr., ¿no era un caso criminal para la ley norteamericana? Además, le invito a que muestre cuál es la ley que dice que la libertad de expresión es un delito, porque hasta donde yo recuerdo es un derecho fundamental de las personas, según la ONU y la Constitución cubana, a mí no me crea.
Hoy vive en plena libertad, ha sido declarado Héroe Nacional, pero espero con optimismo que usted no olvide que la ley es ley en cualquier parte del mundo y que debe ser aplicada a todos por igual, de lo contrario sería un típico acto de discriminación por razón de la ideología y en definitiva, una violación de los derechos humanos de Karla Pérez. Toda verdad es relativa, nunca absoluta, solo depende del lado de la lupa en que se coloque el observador. De ahí la importancia de ser tolerantes y de respetar el derecho ajeno, sin abuso de los propios (y eso… también lo dice nuestra Constitución).
“(…) Y si quiere venir a Cuba, pues no le niego su derecho. Solo le advierto que en los Tribunales le espera un merecido proceso, con apego a las leyes y como resultado de su conducta criminal, y un juicio abierto, público y transparente” ¿Está seguro, Sr.? ¿Quién es usted para advertir tal cosa? Me perdí el momento en que lo nombraron Fiscal General, porque sólo los fiscales tienen acción penal y, por tanto, son los únicos facultados para acusar. No sea incrédulo y no subestime la inteligencia de los cubanos. ¿Considera que tuvo usted un juicio transparente en Estados Unidos? Permítame sonreír. En Cuba manda el PCC y eso no es un secreto, dominan a la Asamblea Nacional y al Consejo de Estado y los Tribunales y la Fiscalía se subordinan a estos. ¿Podría usted garantizarle un juicio justo e imparcial a Karla, si llegara el momento? No me conteste, yo sé la respuesta.
“Estamos tratando de construir un estado socialista de derecho en medio de un mundo de capitalismo arbitrario. Hagámoslo de una vez”. Su frase de cierre, fue lo mejor de toda su publicación. ¿Tratando de construir? Pensé, Sr., que eso es lo que habían estado haciendo por 60 años, pero que había quedado resuelto con la Constitución del 2019, cuando nos declaró una República Socialista y decretó irrenunciable el comunismo. ¿No era entonces que ya estaba construido? Olvídese, Sr., del “capitalismo arbitrario” que ha logrado construir sociedades democráticas con ciudadanos libres y recuérdele a “nuestro” gobierno que el pueblo cubano vive sometido, vive en temor, vive en miseria, con miedo a ser reprimidos y violentados sin más razón que una ideología diferente. Recuérdele a “nuestro” gobierno, que el pueblo cubano no tiene tiempo de protestar por Karla ni de quejarse, porque tienen cientos de colas que hacer (a pesar de la pandemia), si es que quieren comer. Recuérdele, Sr., a “nuestro” gobierno que los cubanos no ganan suficiente, que no tienen dólares americanos (porque así es como se llama, no MLC), para comprar en sus nuevas tiendas y que los niños cubanos lloran, porque eso es lo que les hace falta que tengan sus padres si quieren chupa chupas o galleticas. Recuérdele, Sr., a “nuestro” gobierno, que los hospitales se están cayendo por su falta de reparación, por la suciedad y por el desabastecimiento de medicamentos. Recuérdele que sus policías deberían proteger a sus ciudadanos, no vigilarlos, ni asediarlos. Recuérdele que, si “Patria y Vida” es una frase de Fidel no deberían censurar una canción, ni hostigar y detener a quien la escuche porque además… recuérdele que una canción no hace caer a un gobierno, al gobierno lo tumban sus propias acciones y la decepción de su pueblo.
Recuérdele eso, Sr., y tal vez dejen de perder el tiempo en ridiculeces y comiencen a trabajar en lo que ¡mi pueblo necesita!, que es respeto y derechos protegidos, no violentados. Sea coherente, Sr., su casa tiene techo de cristal y si 62 años no les alcanzaron para construir el socialismo-comunismo, entonces llegó la hora de retirarse ¡El cambio se impone! ¡Y ese cambio es ya!
¡Patria y Vida!
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