Miami Beach declaró el estado de emergencia e impondrá toques de queda, entre otras medidas para asegurar el “control de multitudes durante el período de vacaciones de primavera (Spring Break)”, dijo su alcalde Dan Gelber en una conferencia de prensa este sábado.
En los últimos días, Miami Beach ha reportado una ola de violencia que incluye disturbios, peleas y aglomeraciones que han perturbado la tranquilidad de los vecinos de la zona y de muchos turistas.
Para calmar la intensa y ruidosa situación, las autoridades establecerán un toque de queda a partir de este sábado a las 8:00 pm por al menos 72 horas, y se extenderá desde la calle 5th hasta la 16th incluyendo tramos de Ocean Drive, Collins Avenue, Washington Avenue y Española Way.
En adición, todos los restaurantes, bares y negocios deben permanecer cerrados después del toque de queda, y las calzadas McArthur, Venetian y Julia Tuttle quedarán clausuradas a partir de las 9:00 pm de este sábado hasta las 5:00 a.m. de este domingo. Solo una vía permanecerá abierta para residentes, huéspedes de hoteles y empleados que trabajen en South Beach.
"Me encanta que este es un lugar hermoso, que la gente venga aquí para reunirse y disfrutar de nuestro clima y nuestras playas. Pero ahora mismo, se ha vuelto demasiado desafiante en la industria del turismo continuar de esa manera", subrayó el alcalde Debler.
Los huéspedes de los hoteles no serán desalojados, pero las autoridades los exhortaron a que permanezcan en sus habitaciones tras el toque de queda y anunciaron que todos los cafés y negocios que tienen terrazas a la calle deberán estar cerrados antes de las 7:00 p.m.
Este año, la llegada de Spring Breaker de todo el país ha saturado las posibilidades de las autoridades de mantener el control sobre las multitudes. Aún cuando persiste la pandemia de coronavirus, las imágenes de los últimos días en South Beach parecen las de un concierto de rock multitudinario.
Las aglomeraciones han generado varios disturbios que incluyen violencia y más de 100 arrestos, además de que algunos negocios han decidido cerrar su puertas debido a la situación.
Tras un periodo de un año de enclaustramiento nacional y teniendo en cuenta que Florida es de los pocos lugares en Estados Unidos que ha abierto su economía y eliminado restricciones de consumo, la afluencia de turistas esta temporada ha superado las expectativas de las autoridades.
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