El programa Las Mañanas, que se transmite en directo de lunes a viernes a las 12:00 del mediodía (hora de Cuba) a través del perfil de Facebook de CiberCuba, debatió ayer en torno a una pregunta sin respuesta oficial: ¿por qué el Estado cubano se empeña en controlar la producción de panes y dulces si no consigue hacer productos de calidad ni satisfacer la demanda?
A la periodista Mariela Morales, estudiante de Doctorado de Comunicación en Estados Unidos, le cuesta entender que el Gobierno ceda a la iniciativa privada la gestión de las cafeterías, bares y restaurantes o peluquerías y barberías, pero se niegue a renunciar al control de las panaderías.
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Para el escritor cubano Camilo Venegas, residente en la República Dominicana, es evidente que el gobernante Partido Comunista no quiere arriesgarse a privatizar la producción del pan, un alimento básico en la dieta de los cubanos, por temor al renacimiento de una clase media que convertiría al panadero en una persona influyente en su pueblo.
Este miedo es para Mariela Morales la prueba de que el poder en Cuba es hoy muy frágil. En su opinión, cuando el Gobierno no se atreve a seguir los pasos de China y Vietnam y crear potentes clases medias pese a ser estados totalitarios, es porque sabe que sería su fin.
En este espacio de tertulia en CiberCuba, conducido por las periodistas Tania Costa y Annarella Grimal, se habló además de cómo se ha perdido en la Isla una tradición panadera que ha sido rescatada en Miami.
El problema de la baja calidad del pan no es algo reciente en Cuba. A los nacidos en Oriente, en los setenta, les sonará familiar el refrán "eres más malo que el pan de Guisa".
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