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La Asociación Cubana de la Prensa Cinematográfica (ACPC) y la Cinemateca de Cuba lamentaron, no sin retraso, el fallecimiento el 1 de marzo del crítico, historiador e investigador Rodolfo Santovenia Estrada, autor del Diccionario de cine (términos artísticos y técnicos) y colaborador de varios medios de prensa durante seis décadas.
La nota de despedida, a cargo de Mario Naito, presidente de ACPC, apareció en redes sociales el jueves último, y está fechada un día más tarde en Cubacine, portal web del cine cubano. Horas después fue reproducida en línea por el diario Granma.
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Santovenia nació en La Habana, el 11 de marzo de 1929. Se graduó de la Escuela Profesional de Periodismo Carlos Márquez Sterling y en la década de 1950, fue cronista y crítico cinematográfico en los periódicos Tiempo, Pueblo, El País y la revista Bohemia.
En 1951 integró la directiva de la llamada Cinemateca de Cuba y en los años sesenta continuó escribiendo para varias publicaciones cubanas y extranjeras. En 1965 fue fundador y asesor del primer cineclub obrero establecido en Cuba.
En la década del 70, vio la luz su folleto Pequeño vocabulario para un cine-debate y en 1999 se editó Diccionario de cine..., que incluía más de 1600 términos y fue único en su tipo publicado en Cuba.
Naito destacó en su nota que Santovenia, quien hubiese cumplido 92 años este jueves, “nos deja un precioso legado de amor y pasión por el séptimo arte”.
Una entrada de la web Cubaperiodistas —luego compartida en redes por el Instituto Internacional de Periodismo José Martí— reprodujo el 2 de marzo un temprano y escueto post de Facebook en que la periodista Gladys Egües Cantero dedica “unas palabras para el investigador y periodista” en nombre de la Editorial de la Mujer.
El propio jueves, el también crítico cinematográfico Luciano Castillo dedicó en Granma un obituario titulado “R.S.: El hombre detrás de las iniciales”, donde recuerda con admiración la sección que Santovenia firmaba con sus iniciales hace varias décadas en la revista Bohemia, así como también sus publicaciones en Romance.
Según Castillo, Santovenia —“decano de la crítica y la investigación cinematográfica” en la isla— “figura, junto a Tomás Gutiérrez Alea, Néstor Almendros, Guillermo Cabrera Infante y Rine Leal, entre los animadores de la primera Cinemateca de Cuba”.
“Allí asesoró e intervino directamente en la reorganización del archivo fotográfico del cine internacional, organizó y diseñó su biblioteca y hemeroteca, la colección de catálogos de festivales y donó fotos y libros a la institución”, agregó Castillo en su nota. “Su archivo también fue la fuente de la cual se nutrió durante muchos años el crítico Carlos Galiano para su programa televisivo entonces semanal Historia del cine.”
Para el guionista, director y conductor del programa televisivo De cierta manera, “la muerte nos privó de Rodolfo Santovenia, una persona y un profesional de esos a quienes el adjetivo de excepcional es insuficiente”.
El influyente crítico de cine Juan Antonio García Borrero también se enteró con retraso de la noticia luctuosa, aunque a tiempo para el elogio en el aniversario 92 del colega recientemente fallecido: “Santovenia encarna un paradigma de cinéfilo del cual van quedando pocos ejemplos”, más allá de la contemporánea “adicción al consumo de grandes dosis de imágenes en movimiento, que se van editando en la retina a través de un interminable zapping”.
“La cinefilia verdadera, la incurable, va de otra cosa, y Santovenia lo ejemplificó con creces”, escribió García Borrero en Facebook. “Es convertir ese conjunto de imágenes fantasmales en una suerte de destino donde ya se sacrificó todo, con tal de formar parte también de ese imaginario que no muere”.
“Así que no diré que Rodolfo Santovenia ha muerto. En todo caso, diré que Santovenia, gran crítico de cine, hoy está cumpliendo años”, concluyó.
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