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La periodista cubana Mónica Baró ha salido a defenderse de un reciente ataque verbal de Raúl Escalona Abella, presidente de la FEU de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana y colaborador del medio "La Tizza", que se presenta como "un espacio para pensar y hacer el socialismo desde Cuba".
"Mientras la bala no atraviese el cráneo de Tania Bruguera ni el hormigón rodee el cuerpo sin vida de Otero Alcántara, o las descargas de fusil derriben la pose de la Baró, o los campos de concentración reduzcan a fertilizantes las "legiones de opositores" o el espacio social cubano sea reterritorializado de forma pormenorizada en la continua exclusión, acompañada de un planificado exterminio -a la usanza israelí- el necropoder evocado seguirá siendo (...) mera fábula", escribió Escalona Abella.
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"No me sorprende esta referencia despectiva que hace la publicación La Tizza sobre mí", ripostó la periodista en su perfil en Facebook.
“Les conozco de cuando yo era una estudiante universitaria (2007-2012) y dedicaba casi la mitad de mi tiempo a hacer algún tipo de activismo, de cuando yo creía que era posible cambiar las cosas y que el gobierno cubano, a pesar de todo, era un gobierno bueno. Ya hoy no pienso igual, y ese por qué no pienso igual, ninguna de las personas de La Tizza, ninguna de las personas que me tratan como si fuera una apestada, que me esquivan, que actúan como si no me conocieran, que me dicen por interno que no reaccione a sus publicaciones, lo saben y, si lo saben, no lo entienden.
"Es fácil repetir la idea Zapatista de 'un mundo en el que quepan todos los mundos', eso cualquiera se lo aprende, lo difícil es actuar en consecuencia", agregó Baró.
"Tengo cero simpatía hacia el poder político en Cuba, además tampoco es que antes la tuviera, siempre he sido “díscola”, en todo, antes lo que le tenía fe, pero yo creo que en Cuba hay discusiones más profundas que no pasan por nuestra posición frente al gobierno. Hoy mi fe se concentra toda en la gente. Mis principios son exactamente los mismos de toda la vida. Nunca me van a ver haciendo esto que acaba de hacer La Tizza con ninguna persona. Y no me voy a demorar en explicar todo lo que está mal en este simple párrafo, desde su machismo asqueroso hasta su incentivo implícito a la violencia, porque si lo publicaron, es porque no van a entender nada de lo que yo les pueda explicar. Si lo publicaron es porque no les interesa nada de lo que yo pueda decir o sentir", añadió.
"Viven otra Cuba muy distinta a la mía, a la de Tania, a la de Luis Manuel. Si hablo sobre esta referencia despectiva es porque creo que ayuda a ilustrar los retos de los potenciales escenarios de diálogo en Cuba. Este tipo de agresiones de una supuesta izquierda cubana no es ni aleatoria, ni excepcional", escribió también la periodista.
"Mando buenas vibras para todes, hasta para quienes dicen que no pasa nada con “la Baró” hasta que no la fusilen", concluyó la reportera.
Varios usuarios al pie del post se declararon escandalizados por el nivel de violencia verbal del ataque contra la periodista, que fue calificado de "agresivo", "fascista" y "salvajada", entre otros epítetos.
Baró Sánchez ha sido multada, perseguida y vigilada por el Gobierno por sus comentarios en redes sociales y trabajos para medios de prensa independientes. Son frecuentes sus comentarios antigubernamentales en las redes sociales y notoria su solidaridad con activistas del Movimiento San Isidro y 27-N.
Ha trabajado haciendo el periodismo de investigación para las revistas independientes El Estornudo y Periodismo de Barrio. En 2019 fue galardonada con el Premio Gabriel García Márquez de Periodismo por su reportaje "La sangre nunca fue amarilla", sobre un caso de contaminación por plomo en un barrio del municipio San Miguel del Padrón, en La Habana.
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