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La periodista independiente cubana Yadisley Rodríguez Ramírez denunció la discriminación que sufren sus hijos en la escuela debido a la posición política de ella y su esposo contra el gobierno.
La activista, madre de tres hijos menores de edad, explicó en entrevista a la agencia CubaNet que muchas veces los niños sienten rechazo cuando deben ir a alguna actividad con sus compañeros y maestros.
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“Ellos a veces sienten en la escuela y en los lugares a donde van, como que están mal mirados. A veces me dicen: ‘Mamá, sabes que a fui a tal lado, a tal lugar, o a la escuela, y me dijeron: No, tú no puedes asistir a eso porque tu mamá es opositora’”, declaró la mujer.
“A veces sienten las diferencias que hay, que marcan las personas entre ellos y otros niños y entonces ellos se sienten mal por eso”, añadió.
Rodríguez Ramírez refirió, además, que su hijo mayor quiere entrar a la escuela de deportes y no ha podido, y la causa no es otra que la actividad política de su madre.
“Yo sé que ha sido por eso, porque capacidad tiene y es bueno”, recalcó.
“Incluso un día el niño, cuando estaba en la primaria, una maestra le estaba llamando la atención y en vez de decirle: 'Niño, estudiante, pionero', le dijo: ‘Oye, opositorcito’. Y entonces él se sintió mal”, añadió.
La reportera cubana, que ha estado vinculada a distintos movimientos por la democracia durante más de una década, denunció también que su hijo mayor fue amenazado en la calle. En su opinión, la agresión fue obra de agentes del régimen cubano para hacerla desistir a ella de su activismo.
“Ellos salieron de jugar fútbol y cuando terminaron él se quedó atrás porque se quedó tomando agua. Cuando fue a salir de allí, cuatro hombres lo cogieron, lo cogieron por el cuello con un palo. Él logró escapar porque se mandó a correr, pero bueno, solo fue para dejarle un susto, como para hacerme entender a mí de lo que ellos eran capaces”, precisó.
“Él llegó ese día en shock, llorando, no podía ni hablar. Y al otro día, jueves y viernes, para ir a la escuela tuve que llevarlos a los tres, porque ninguno de los tres quería ir, con miedo, no querían ni pararse en la puerta porque tenían mucho temor. Cualquier persona que se les acerca salen corriendo, están atemorizados los tres”, detalló.
En 2015 el esposo de Rodríguez Ramírez y padre de su hijo más pequeño entró en la cárcel para cumplir una condena de cuatro años por motivos políticos.
Eso significó para ella tener que enfrentarse a todo sola, sin trabajo y viviendo en una casa en muy malas condiciones que no ha podido reparar, porque nunca ha recibido ayuda.
Su situación se agravó debido a que ese mismo año el padre de los dos niños mayores falleció y el gobierno cubano no les pasa ninguna pensión, porque según le han dicho, su expediente laboral no aparece.
“Tuve que enfrentar la vida sola con tres muchachos, mi esposo preso, sin poder trabajar, pasé muchísimo trabajo, Pasé hambre, mis hijos pasaron hambre, pero allí estábamos”, expresó.
“La Seguridad muchas veces quiso comprarme: que si era mucho trabajo, que le iban a dar pensiones a los niños… Ellos siempre buscaron la forma de entrarme por allí: ‘Una chequera, te vamos a ayudar con la casa, con los materiales, con un subsidio’. Buscaron la forma de entrarme para que yo dejara de ser opositora, que trabajara con ellos”, agregó.
Rodríguez Ramírez es una de los más de 300 cubanos que este año enviaron una carta al gobierno, exigiéndole que respete los derechos humanos de sus ciudadanos antes de intentar normalizar las relaciones con la administración norteamericana.
A comienzos del año pasado agentes de la Seguridad del Estado la amenazaron con quitarle la custodia de sus tres hijos si continuaba su activismo político, y la acusaron de no tener “moral” para criarlos.
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