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Los socios del Fútbol Club Barcelona eligieron este domingo por segunda vez a Joan Laporta como presidente, confiando en que el hombre que dirigió uno de los periodos más exitosos del equipo lo saque ahora de su crisis institucional y financiera.
Laporta, presidente del Barça entre 2003 y 2010, logró un inapelable 57,6% de los votos con más del 99% escrutado, mientras que Víctor Font fue segundo con el 31,8% y Toni Freixa fue tercero con el 9,1%.
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Según fuentes del club, en la elección votaron 51.765 de los 109.531 socios con derecho a sufragar. El proceso fue aplazado desde enero por las restricciones sobre el coronavirus en Cataluña.
Con una deuda de más de 1.100 millones de euros y un fondo de maniobra negativo superior a los 600, el nuevo presidente deberá afrontar una situación económica más que preocupante con, además, los ingresos a la baja debido a las consecuencias de la Covid-19.
Laporta sustituye en la presidencia a Josep Maria Bartomeu, que dimitió en octubre para evitar someterse a una moción de confianza de los socios, que se volvieron contra él después de que Lionel Messi intentó dejar el club en agosto y de que el equipo fuera vapuleado 8-2 por el Bayern de Múnich en la Liga de Campeones.
La crisis del Barcelona también se ha ahondado tras la detención de Bartomeu por el "Caso Barçagate".
Messi fue uno de los jugadores azulgranas que votaron en los comicios, un día después de ganar 2-0 al Osasuna y ponerse segundos en La Liga.
Precisamente, la renovación de Messi será la primera tarea que deberá enfrentar Laporta. Durante la campaña ha afirmado que solo él podría convencer al argentino de quedarse. Pero tras las dudas sobre si renovar o a un jugador de casi 34 años, el problema está en los más de 75 millones de euros netos al año que cobra el '10' y que condicionan el futuro del club.
Si Messi se queda, Laporta tendrá que olvidarse de Haaland u otro fichaje importante. Además de ello, el nuevo presidente tendrá que lidiar con el resto de secciones profesionales (baloncesto, balonmano, fútbol sala...) que dejan 45 millones de euros de pérdida al año y que deberían someterse a profundos recortes para salvaguardar la estabilidad del club.
Con Laporta en la presidencia, otra gran amenaza es la politización del Barça. Tras terminar su primera etapa en el club azulgrana, el director se pasó a la primera línea de fuego de la política catalana y llegó a fundar a un partido llamado Democràcia Catalana, que defendía la separación de Cataluña del resto de España.
Laporta, que fue diputado en el Parlamento de Cataluña entre 2010 y 2012 y concejal de Barcelona entre 2011 y 2015, no dudó en pedir el voto para las candidaturas independentistas.
El regreso de Laporta también será el del antimadridismo más feroz, ya anunciado durante su campaña con una lona gigantesca a escasos metros del estadio Santiago Bernabéu que decía: "Ganas de volver a veros".
Laporta ha repetido en campaña que el Real Madrid no ganó ninguna Champions bajo su presidencia, algo cierto si bien solo coincidió tres años (2003-2006) con Florentino Pérez.
Ahora Laporta planteará una nueva batalla a corto plazo al Real Madrid a partir de su interés en Haaland, un jugador que también se ha convertido en objetivo del club blanco.
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