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Nacido en Cuba hace 86 años, el prestigioso economista Carmelo Mesa-Lago accedió a conversar por teléfono con CiberCuba, durante 45 minutos, desde su casa en Pittsburgh para hablar de la Tarea Ordenamiento implementada desde primeros de año en la Isla.
Graduado en Leyes (La Habana, 1956), Mesa-Lago defendió un doctorado en Derecho (Madrid en 1958), uno en Economía en la Universidad de Miami en 1965 y otro en Economía de la Seguridad Social (Cornell, Nueva York, 1968).
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La biografía pública de este catedrático de Servicio Distinguido Emérito de Economía y Estudios Latinoamericanos, en la Universidad de Pittsburgh, habla de 94 libros publicados, traducidos a 8 idiomas en 34 países. La mitad de esta bibliografía corresponde a temas cubanos.
Su tesis de Cornell ha sido considerada como una exposición magistral, que reveló por vez primera al mundo académico el desempleo oculto o subempleo, y que es una enfermedad crónica del socialismo a la cubana.
Carmelo Mesa-Lago: Al Gobierno cubano le tomó 42 años poder aceptar la realidad del desempleo oculto. En 2010-2011 se revelaron cifras oficiales sobre el empleo innecesario en el sector estatal (se le llamó “nóminas infladas”). A fines de 2014 habían sido despedidos sólo 418.000 empleados estatales superfluos. Aún quedaban 1,3 millones de empleados excedentes. El crecimiento del sector no-estatal absorbió solo medio millón debido a las restricciones gubernamentales.
He leído que la cifra supera el 30 % de la fuerza laboral.
Exacto, corresponde al 2019. Debe agregarse que, en vísperas de la unificación (monetaria), los datos son similares.
En la unificación monetaria y cambiaria en Cuba: normas, efectos, obstáculos y perspectivas, que usted publicó con el Real Instituto Elcano, el pasado 5 de febrero usted señala:
“Desde 2018, Cuba sufre otra crisis económica, la peor desde la década de 1990, causada por un factor interno y tres externos. El interno es el modelo de planificación central, con predominio de las ineficientes empresas estatales sobre el mercado y el sector privado (un modelo fracasado en todo el mundo incluyendo Cuba). Los tres factores externos son la crisis de Venezuela –el principal socio comercial y subsidiador de la economía cubana, que ha reducido sustancialmente el comercio, compra de servicios médicos e inversión–, las sanciones impuestas por Donald Trump entre 2017 y 2020 y la pandemia".
¿Cree que ha comenzado ahora una verdadera reforma?
Sí. Estamos probablemente ante la más importante reforma desde que Raúl Castro comenzó su Gobierno en 2008. Esto lo veníamos recomendando hace diez años todos los economistas académicos. La unificación crea incentivos para las exportaciones y todo lo contrario para los importadores. Estimula, además, la productividad laboral.
Un simple cálculo indica que, una empresa que exporta, recibirá ahora 24 veces más por cada dólar vendido y el importador verá reducido su ingreso en igual proporción.
¿Cree que tendrá éxito?
La medida es positiva, pero voy a decirte, lo que no se debe hacer. La reforma traerá problemas a muchas empresas estatales, alrededor del 40 %, ineficientes. Estas entidades generan pérdidas y son subsidiadas. Lo correcto es que deben cerrar, pero esto traerá despidos masivos. Por el momento se concede un año, manteniendo la ayuda estatal para que puedan reacomodarse y ser eficientes.
Realidad y experiencia indican que en un año esto no será posible.
Es muy difícil que después de un año esas empresas dejen de tener pérdidas. ¿Qué es lo que pasa entonces? O siguen dándole dinero para que no cierren o las cierran y el desempleo actual pudiera duplicarse. Si mantienen los subsidios, la reforma deja de tener valor, se atrasa su efecto positivo sobre la economía.
Llama la atención porque Cuba es un país mayormente importador, será grave la situación.
Lo primero es distinguir entre comercio de mercancías y comercio de servicios. En las mercancías hay un déficit enorme, cada año se expande más y más. Al comparar los últimos 30 años, en 2019 el país exportó apenas el 34 % de lo vendido en 1989. Pero a su vez la venta de servicios-mano de obra calificada- creció significativamente.
Venezuela es el mejor ejemplo, paga por cada médico cubano un salario superior a la media en el país, siendo el caso de que, a final de cada año, se hacían ajustes y Cuba hasta recibía una cantidad de petrodólares por la diferencia a su favor en el intercambio de profesionales por combustible. Además, la refinería de Cienfuegos, entregaba a Caracas una parte de la producción y la otra era reexportada por La Habana a precios de mercado.
Por tales razones Vicente, al balancear comercio de mercancías y comercio de servicios, el Gobierno cubano tenía varios miles de millones anuales a su favor. Por ello, la balanza global de mercancías y servicios arrojaba un saldo positivo pero que se ha ido reduciendo desde 2016 y es posible que sea negativo en 2020.
Se afirma que jamás habrá terapia de choque, pero deduzco que sí la hay, ya la hay, ¿es así?
Eso lo han dicho los ministros implicados directamente en este Ordenamiento. Cuando usted retrasa el cierre de las empresas que tienen pérdidas, usted está tratando de evitar la terapia de choque. Los efectos que se buscan al unificar, mayor competitividad, incentivar exportaciones, aumentar la producción, implican cerrar las empresas improductivas.
Pero no es fácil hacerlo.
La unificación monetaria por sí sola no resuelve, habría que emprender reformas profundas, estructurales, que Raúl no hizo porque decía que no se podía ir muy rápido y se quedó a medias. El primer paso, postergado una década, conduce inevitablemente a seguir con otros cambios.
En 2008 usted creyó que Raúl Castro haría lo correcto y después, en una entrevista, publicada por Havana Times (mayo de 2020), me confesó que “No volvería a meter la mano en la candela.”
(El profesor sonríe y me invita a pasar a la otra pregunta)
¿La unificación monetaria es una realidad o una ficción?
Han dicho que dieron un plazo de un año a las empresas ineficientes, después podrían decir que, las empresas estratégicas deben seguir en la excepción, subsidiadas, es decir, no harán lo que tienen que hacer y en tal sentido estamos ante una ficción.
Llegados al punto de las reformas estructurales, días atrás, un tuit respuesta del Díaz-Canel, confirma el juramento hecho a Fidel Castro, negando toda posibilidad a una economía de mercado en Cuba.
Los economistas que no están comprometidos con el Gobierno, dentro y fuera del país, coinciden en darle protagonismo al mercado. ¿Habrá que romper el juramento?
El sistema actual no ha funcionado, ni en Cuba ni en ninguna otra parte, vamos a un caso particular, China y Vietnam. Estos países tomaron la decisión de combinar el mercado con el sector estatal, y hoy el sector privado es el más dinámico de sus economías y permiten invertir a sus nacionales emigrados a otros países.
La agricultura es la mejor ilustración. Dijeron a todos los productores sin excepción: produzcan lo que quieran, vendan libremente a quien quieran y fijen los precios de acuerdo con la oferta y la demanda. En China morían millones de personas por falta de comida, el hambre desapareció. Vietnam es exportador mundial de arroz.
Si se aplicase en nuestra Isla, haría desaparecer Acopio, la empresa intermediaria que ejecuta la política centralizada del Estado. El plan central jamás ha cumplido sus objetivos, es una camisa de fuerza inútil. En ambos países asiáticos hay un plan descentralizado que es una guía. El sector privado es capaz de absorber ventajosamente los despidos laborales, pero necesita personalidad jurídica, su pleno reconocimiento legal.
La intervención estatal ha fijado al menos 42 productos cuyos precios están topados. También aumentaron los salarios y las pensiones, supuestamente para paliar los efectos de la unificación monetaria. El dólar, subvalorado oficialmente, se dispara en el mercado negro.
La inflación es una consecuencia inevitable. El colega Pavel Vidal, economista académico plenamente formado dentro de Cuba, ha calculado, en el mejor de los casos, un 500% de inflación. Ambos pensamos que la inflación será superior al aumento de salarios y pensiones.
Pues será terapia de choque, sumando desempleo, desabastecimiento de los mercados y demás consecuencias. Me pregunto, ¿es que acaso no tenemos economistas capaces de enfrentar la crisis?
Sí los hay. Existen muy bien entrenados profesionales académicos. Entre otros, recuerdo a Pedro Monreal, Silvio Gutiérrez y Julio Carranza, radicados en Cuba, autores de un libro con recomendaciones excelentes, algunas medianamente aplicadas desde 2008. (Consultar elestadocomotal.com) ¿Qué pasó?, los sacaron de sus puestos, los excluyeron. Igual fue con Omar Everleny cuando era director del Centro de Estudios de la Economía de Cuba. Lo cesaron del cargo, luego de la Universidad y finalmente del Partido Comunista.
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