Arranca hoy en el Senado de Estados Unidos el cuarto juicio político o proceso de impeachment de su historia. Esta vez contra un presidente, Donald Trump, que ya no está en el cargo.
Trump es el primer mandatario que se somete dos veces a un procedimiento tan extraordinario, por el que solo han pasado Andrew Johnson (en 1868), Bill Clinton (en 1998) y él mismo, hace un año, a raíz del escándalo de su llamada al presidente de Ucrania.
Los demócratas quieren que el proceso sea breve (se calcula que dure aproximadamente una semana) y con mucha evidencia en video, que demuestre que Trump aplaudió a la turba que el 6 de enero asaltó el Capitolio, en Washington D.C.
¿De qué se le acusa?
En este nuevo juicio, Trump es acusado de "incitación a la insurrección" por el asalto al Capitolio de una multitud de sus seguidores, unos hechos que dejaron cinco muertos y cuestionaron seriamente la imagen de la principal democracia del mundo.
Desde las elecciones del pasado noviembre, Trump ha insistido, sin pruebas, en que ganó las elecciones y fue víctima de un robo o fraude masivo. El mandatario sostuvo las acusaciones pese a que las diferentes cortes de apelación en EE.UU. denegaron uno a uno todos sus recursos legales contra las supuestas irregularidades.
El pasado 6 de enero, el presidente alentó desde la Casa Blanca a una manifestación de sus seguidores con un discurso en el que dijo, entre otras cosas, que si no luchaban "como si les fuera la vida en ello, no van a tener un país".
La turba se dirigió al Capitolio, que en esos momentos celebraba una sesión conjunta para certificar la victoria del candidato demócrata Joe Biden. Los manifestantes entraron por la fuerza rompiendo puertas y ventanas, y enfrentándose a las fuerzas de seguridad.
El argumento demócrata es: "Es imposible imaginar que los eventos del 6 de enero tuvieron lugar sin que el presidente Trump creara un polvorín, encendiera un fósforo y luego buscara una ventaja personal del caos que siguió".
El proceso será corto: los republicanos no quieren extender el proceso y los demócratas tampoco quieren mantener ocupado al Senado por mucho tiempo, ya que debe votar pronto sobre el paquete de apoyo económico.
¿Cómo se defenderá Trump?
En un escrito de 78 páginas presentado ante el Senado, los abogados del ex presidente adelantaron los argumentos de su defensa legal.
Los abogados de Trump argumentarán que el ex presidente no es procesable porque ya no es presidente y, por lo tanto, "no puede ser destituido". La contrarréplica demócrata será: "El procedimiento es válido porque se inició cuando Trump estaba en el cargo".
El otro argumento de los abogados de Trump es que no se puede castigar al presidente por lo que dijo: la Primera Enmienda de la Constitución norteamericana protege la libertad de expresión y el expresidente solo habló, no organizó el asalto.
¿Y Biden, qué papel juega?
Aunque el presidente electo responsabilizó directamente a Trump por los violentos disturbios en el Capitolio, ahora ha preferido mantenerse alejado del proceso de impeachment. "Se trata del Senado", "El presidente tiene la agenda llena, no seguirá el proceso", han sido algunas de sus declaraciones recientes.
¿Quién realizará el juicio?
El Senado se convierte a partir de hoy en un tribunal y serán los senadores el jurado que debe decidir si el republicano cometió un delito de “incitación a la insurrección”. Para sus abogados, este proceso es un mero “teatro político”.
La acusación está formada por nueve congresistas demócratas encabezados por Jamie Raskin: David Cicilline, Joaquín Castro, Eric Swalwell, Ted Lieu, Stacey Plaskett, Madeleine Dean y Joe Neguse.
El juicio no será presidido por el presidente de la Corte Suprema porque Trump ahora es un ciudadano privado. Lo presidirá el presidente pro tempore del Senado Patrick Leahy (D).
¿Trump comparecerá en el juicio?
Trump ya ha avisado a través de sus abogados que no declarará en el juicio por considerarlo "inconstitucional".
Aún no está claro si la acusación o la defensa llamarán a otros testigos. Se espera que comparezcan expertos en derecho constitucional y que se muestren como evidencia los vídeos del asalto al capitolio.
Por el lado demócrata, en las últimas horas ha prevalecido el argumento de que no es necesaria una investigación a fondo porque los hechos fueron claros y son de dominio público. En las próximas horas se revelará claramente la estrategia de ambas partes.
¿Qué consecuencias acarrearía el impeachment? ¿Significaría la inhabilitación futura de Trump?
Como Trump ya no es presidente no puede ser destituído. Los demócratas persiguen la condena por las consecuencias colaterales que ello tendría. La principal (aparte de quitarle la pensión vitalicia y otros privilegios de los expresidentes) sería inhabilitarlo de por vida para cargos federales.
Ello no es automático. La posible inhabilitación se votaría en una moción posterior y solo necesita una mayoría simple. Demócratas y republicanos están igualados 50 a 50 en el Senado, pero la vicepresidenta del país, Kamala Harris, tiene el voto que dirime en los casos de empate.
¿Qué posibilidades tiene el juicio político de salir adelante?
Para que Trump sea condenado, se necesitan 17 votos de senadores republicanos, algo muy poco probable.
En la Cámara de Representantes, de mayoría demócrata, la acusación salió adelante con el apoyo de una decena de republicanos, pero en la Cámara alta solo cinco senadores han condenado al expresidente.
Una votación previa sirvió para sondear las aguas: un senador republicano, Rand Paul (Kentucky), impulsó una moción para declarar inconstitucional el proceso y obtuvo el apoyo de 45 republicanos. Solo cinco miembros del partido (Mitt Romney, Ben Sasse, Susan Collins, Lisa Murkowski y Pat Toomey) la rechazaron.
Aun así, para los demócratas el proceso es importante por el precedente que sienta y porque obligará a los republicanos a pronunciarse sobre el legado de Trump.
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