Joe Biden se convirtió este miércoles en el 46 presidente de Estados Unidos, durante la ceremonia de juramentación en el Capitolio de Washington, en la que hizo historia junto a su compañera de fórmula Kamala Harris.
"Tenemos mucho por reparar y por restaurar", aseguró Biden en su primer discurso como presidente de Estados Unidos.
El mandatario reiteró que será presidente de todos los estadounidenses por igual y que su llegada al poder no es el triunfo de un candidato, sino el triunfo de la democracia en el país.
"Hoy celebramos el triunfo, no de un candidato, sino de una causa. La causa de la democracia", acotó.
A quienes no votaron por él y no lo quieren en la Casa Blanca, Biden envió un mensaje puntual: "Si quieren estar en desacuerdo, estén, eso es la democracia, eso es Estados Unidos, el derecho a disentir de forma pacífica".
Lideraremos no a través del ejemplo de nuestro poder, sino del poder de nuestro ejemplo
El discurso del nuevo presidente estadounidense, que juró sobre una Biblia del siglo XIX, estuvo cargado de referencias religiosas y evocaciones a Dios y a la Iglesia. "Los mejores ángeles siempre prevalecen, pongamos nuestras acciones y oraciones al servicio de Estados Unidos", pidió Biden, segundo presidente católico en la historia de la nación, luego de John F. Kennedy.
El presidente dijo que era hora de "acabar esta guerra incivil" y que todos "tenemos la responsabilidad de defender la verdad y combatir la mentira".
Saldremos de esta unidos. Recuperaremos nuestras alianzas y volveremos a conectar con el mundo
"Sé que hablar de unidad parece la tontería de un loco estos días", admitió Biden, pero aseguró que su administración se dedicará a derrotar "al supremacismo blanco y al terrorismo interno".
"Debemos ver al otro no como adversario, debemos verlo como vecino. Sin unidad, no hay paz", afirmó.
Biden agradeció la presencia de "presidentes de los dos partidos" en la ceremonia de investidura, haciendo referencia a Barack Obama, Bill Clinton, George Bush y al vicepresidente saliente Mike Pence.
Los grandes ausentes de la toma de posesión de Biden fueron Donald Trump y Melania, que se convirtieron en los primeros presidente y primera dama salientes en no asistir a la investidura de sus sucesores desde la Guerra de Secesión.
Biden también pidió un minuto de silencio por las más de 400 000 personas que han muerto en el país a causa del coronavirus: "Estamos entrando en el período más duro y mortífero de la pandemia. Debemos dejar la política de lado y enfrentarla como una nación".
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