Malú es una transexual cubana, residente en Sancti Spíritus, quien se enfrentó en su juventud a policías y estuvo tras las rejas solo por enfrentarse a una sociedad machista y homófoba.
"Logré lo que yo quería, estar vestida de mujer todo el tiempo", confesó Malú, de 57 años, al periódico provincial Escambray.
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Aunque en su carnet de identidad aparece como Ricardo Antonio Moreira Andino, la mujer se identifica con el nombre que le puso una compañera de celda, también transexual y víctima de la intolerancia, tras ser detenida por sentirse mujer.
El nombre con el que fue rebautizada salió de la telenovela brasileña "Una mujer llamada Malú", protagonizada por Regina Duarte y con esas cuatro letras comenzó una vida sin miedo a los prejuicios y las incomprensiones.
Con solo 12 años se dio cuenta que nació atrapada en un cuerpo que no era el suyo, y asumir su identidad sexual trajo como consecuencia que su familia fuera la primera en darle la espalda.
"No se por qué, porque la familia hay que aceptarla como venga", dice ante las cámaras con cierta nostalgia en su mirada y no son necesarias las palabras para percatarse que es una herida que aún provoca dolor.
Sin embargo, al parecer Malú ha logrado superar esa falta de afecto y compresión con el cariño y la aceptación de vecinos, amigos y conocidos.
"La población me tiene como un símbolo de la ciudad", confiesa con orgullo mientras se toma un café en uno de los establecimientos de la ciudad de Sancti Spíritus.
Expresa satisfacción al saber que también es referente para otras mujeres transexuales que han decidido enfrentar sus temores y no dejar que la sociedad les dicte cómo vestir, caminar o hablar.
"Yo fui quien rompió todo", dice. "Antes no se podía porque no era permitido, pero hoy en día la gente como yo se viste así".
A pesar de que la sociedad cubana acepta con más naturalidad la diversidad sexual, no es menos cierto que al igual que en muchos lugares del mundo aún persisten las fobias que terminan humillando al individuo que es diferente.
A esas personas que son capaces de dar las espaldas a un hijo homosexual o trans, Malú no solo les recuerda su historia personal, sino que les recuerda que es algo que ha salido de las entrañas de uno y por tanto hay que aceptarlo como lo que es.
"La familia es familia", expresa con total naturalidad y convencida de que su mensaje de tolerancia llegará a muchos.
Aunque en Cuba no existe una ley que proteja de manera específica a las personas transexuales, la Constitución vigente establece que ningún ciudadano puede ser discriminado por razones de orientación sexual e identidad de género, entre otras, lo cual garantiza ciertos derechos a una minoría que es víctima de diversos maltratos.
La sociedad civil cubana insiste en la creación de leyes que permitan proteger a este sector de la población, que muchas veces está obligada a prostituirse y como consecuencia de malas prácticas sexuales se enferman de VIH/sida y otras ITS.
La discriminación, la intolerancia y la falta de empatía hacia una minoría social conlleva a que aumenten las problemáticas existentes, y aunque desde el oficialismo el CENESEX, dirigido por Mariela Castro Espín, ha impulsado iniciativas de inclusión hacia las personas transexuales, algunos activistas independientes consideran que resulta insuficiente.
En 2019 la pareja conformada por Ramces y Dunia contrajeron matrimonio en La Habana, convirtiéndose así en un referente para de las futuras bodas transexuales. La unión civil fue posible gracias a que legalmente Ramces estaba inscrito como un hombre y por tanto no se violaba ninguna de las leyes vigentes en Cuba.
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