Más de siete toneladas de productos cárnicos, además de equipos para el procesamiento de embutidos y ahumados, fueron confiscados durante un operativo policial en una finca del municipio Jovellanos, en Matanzas.
Los implicados tenían una mini industria para la elaboración de alimentos procesados, según precisó en declaraciones al Noticiero de Televisión un oficial del Departamento Técnico de Investigaciones (DTI) del MININT.
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Entre lo confiscado figuran 162 cajas de pollo importado, equipos para moler carne y sustancias químicas utilizadas habitualmente en la elaboración de embutidos.
El reportaje no indica exactamente la cantidad de personas implicadas en el hecho, aunque sí precisa que se encuentra bajo prisión provisional una persona que era el “suministrador” de los productos cárnicos, y que fungía como chofer de la empresa de servicios de la construcción en Varadero.
El instructor penal del caso alegó que entre las violaciones que se detectaron en el lugar estaba la sustracción de corriente, pues la mini industria no tenía un servicio de metro contador. La Empresa Eléctrica determinó que la deuda en concepto de electricidad asciende a los 700.000 pesos.
A diferencia de otros reportajes similares, este no da cuenta del destino de los productos confiscados.
“Hechos como este que alejan el alimento del plato de muchos cubanos y son inadmisibles ante la difícil situación epidemiológica y económica que vive el país”, concluye la periodista, lo que confirma que no fue casual la emisión de ese reporte un 24 de diciembre, en medio de numerosas quejas que en los últimos días dieron cuenta de inmensas colas para comprar carne de cerdo en el país, y principalmente en La Habana.
Los operativos policiales -devenidos en espacio habitual en los noticieros- tienden a hacer creer a la población que la culpa de la severa escasez que afecta a la isla tiene entre sus principales causas la desviación de recursos.
Sin embargo, la realidad indica que muchos cubanos se han visto obligados a hacer interminables colas para tratar de adquirir un pedazo de carne de cerdo que poner en la mesa en las celebraciones de estos días. En el caso de La Habana, pese a que el Gobierno de la capital anunció que dispondría la venta de determinados productos en la red de mercados estatales, la insuficiente cantidad ha llevado a la población a permanecer durante horas en cola.
Al no contar con cantidades suficientes para entregar a cada casa por la canasta familiar normada, habilitaron una red de 30 establecimientos donde los productos se expenden de forma liberada, pero controlada, mediante la anotación en la libreta de abastecimiento y la presentación del carnet de identidad.
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