El gobernante cubano Miguel Díaz-Canel llamó a enfrentar las ilegalidades, la corrupción y los altos precios con medidas de “contención social”, y dijo que la población debería ser "nuestro principal inspector de precios”.
Con un llamado a los capitalinos a impulsar el trabajo comunitario, Díaz Canel recalcó la importancia de la vigilancia ciudadana para combatir las ilegalidades que afectan a temas esenciales como la vivienda, la alimentación y los altos precios, según informó la edición estelar del Noticiero Nacional de la Televisión (NTV).
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“Esto hay que enfrentarlo socialmente, con medidas de contención social... Hay que publicar transparentemente, semanalmente, todos los precios. La gente tiene que conocer además que hay un conjunto de precios y productos que están centralizados”, dijo Díaz-Canel durante la clausura de una visita gubernamental a La Habana
Díaz-Canel reafirmó que es el gobierno el que tiene la facultad de cambiar esos precios y que, cada vez que decida hacerlo, “la gente tiene que conocer esos precios, para que eviten que alguien aproveche oportunidades para subirlos, para buscar un movimiento exorbitante de los precios”, en lo que parece una advertencia contra quienes pretendan atender al mecanismo de la oferta y la demanda para establecer los precios y márgenes de beneficios.
Asimismo, insistió en la política de cuadros y en la eficiencia y el control, como bases esenciales para la puesta en marcha de la tarea ordenamiento. “Hay todo el tiempo para que los procesos que lleva el ordenamiento transcurran sin ningún tipo de problema”, declaró.
Por su parte, el primer ministro Manuel Marrero insistió que se está trabajando en el enfrentamiento de las ilegalidades con un nuevo sistema de inspección y contravenciones. No obstante, reconoció la urgencia de combatir las ilegalidades urbanísticas en La Habana y del área del comercio y la gastronomía. Un tema este para el que, según reconoció, no se cuentan con los especialistas y los inspectores que se requieren.
Otra de las intervenciones que reflejaron el grado de preparación de las autoridades ante el nuevo momento que empieza el 1 de enero en la economía cubana, fue la de Reinaldo García Zapata, gobernador de La Habana.
García Zapata reconoció que existe la posibilidad de que, una vez implementada la tarea ordenamiento, se acerque población a reclamar que no tienen el dinero suficiente para satisfacer sus necesidades, porque no tienen trabajo. Ante ello, “es responsabilidad del Estado y sus autoridades encontrarle un trabajo digno a esa persona para que pueda tener el dinero necesario para sustentar a su familia”, manifestó el gobernador de la capital.
Abundando en esta realidad, pero desde otra perspectiva, el viceministro primero de economía y planificación, Alejandro Gil, reconoció que la quinta parte de la población en edad laboral (un 21%) en el territorio estaba desempleada.
“Tenemos un potencial de 286 mil personas que no están trabajando en el territorio”, dijo Gil, quien llamó a considerarlo como un problema que hay que enfrentar, “pero también como una oportunidad para incrementar la capacidad productiva del territorio”.
Por último, el gobernante Díaz-Canel insistió en la necesidad de “integrar a las familias humildes, a las familias obreras, gentes que viven en nuestros barrios para dotarlos de entidad y autoestima, para que sientan orgullo de su barrio de toda la vida, y que estén orgullosos de su país, de su gobierno y de su nación”. En ese sentido, consideró una prioridad “desterrar la marginalidad y la indecencia y de aportar al crecimiento productivo de la nación”.
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