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Estados Unidos consideró que el respeto de los derechos humanos de los cubanos es un objetivo principal de su política hacia Cuba, y defendió las manifestaciones recientes del Movimiento San Isidro y de artistas e intelectuales como un "momento óptimo" en la historia de la isla.
"El respeto de los derechos humanos de los cubanos debe seguir siendo el objetivo principal del compromiso de Estados Unidos con Cuba", declaró este miércoles el embajador Michael G. Kozak, subsecretario de Estado para el Hemisferio Occidental, que defendió las sanciones de Washington al régimen de La Habana como una estrategia para mejorar la capacidad del pueblo cubano en sus reclamos políticos, económicos y sociales propios sin la intervención gubernamental.
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Kozak sostuvo una conversación con la prensa en vísperas del Día Mundial de los Derechos Humanos, y destacó ampliamente los hechos protagonizados por el Movimiento San Isidro (MSI) y por un grupo de artistas, intelectuales y activistas frente a la sede del Ministerio de Cultura (MINCULT) en La Habana, el llamado 27N, a finales de noviembre.
"Los miembros del Movimiento de San Isidro se han convertido en blanco de continuos acosos y detenciones arbitrarias", expresó Kozak. Varios de los integrantes del MSI han sido sitiados e imposibilitados de salir de sus hogares.
El funcionario resaltó además que entre los cientos de artistas, intelectuales y periodistas independientes que protestaron en el MINCULT, el pasado 27 de noviembre, había muchos profesionales creativos que no se habían comprometido antes con la oposición al régimen, pero lograron que las autoridades se reunieran con ellos y aceptaran inicialmente sus modestas demandas de permitir más libertad de expresión y de sostener próximas discusiones.
"Pero en cuestión de horas, el régimen volvió a su habitual conducta de jugadas sucias, renegando de los compromisos que había hecho, lanzando una campaña de desprestigio y desinformación, e intensificando el acoso y la vigilancia de los activistas", expresó Kozak. "Lo hicieron a expensas de demostrar que son totalmente incapaces de cumplir una promesa que hicieron hace apenas una semana, y que era una mera promesa de honrar los derechos de sus propios ciudadanos".
Kozak señaló que las acciones represivas del régimen han recibido una fuerte condena de gobiernos democráticos, el Parlamento de la UE y organizaciones internacionales.
"Este es un momento óptimo en la historia de Cuba", resaltó el diplomático, "El gobierno cubano está bajo presión para llegar a un acuerdo con su propio pueblo".
Kozak lamentó que mientras eso sucede en Cuba, cientos de militares y asesores de inteligencia cubanos continúan apuntalando la dictadura de Nicolás Maduro en Venezuela, por lo que Estados Unidos no puede desvincular los asuntos de ambos países.
"Y hasta que Cuba deje de tratar a Venezuela como una colonia, los asuntos de Cuba y Venezuela no pueden ser tratados por separado. Nuestro enfoque cada vez más selectivo de las sanciones en Cuba está concebido para lograr esos objetivos y, al mismo tiempo, mejorar la capacidad del pueblo cubano en la búsqueda de sus derechos políticos, económicos y sociales sin dependencia del régimen", opinó.
Agregó que Estados Unidos y la comunidad internacional deben tomar medidas conjuntas para poner fin a la intervención de Cuba en Venezuela, lo que ha provocado "la peor catástrofe humanitaria de nuestro hemisferio".
Kozak argumentó el endurecimiento de sanciones de la administración de Donald Trump contra el régimen cubano acudiendo a la historia de los millonarios subsidios recibidos por el país durante seis décadas de sistema comunista.
El funcionario estadounidense observó que si el régimen de Fidel Castro fue capaz de imponer desde el comienzo "medidas draconianas" en la economía y la sociedad cubanas fue gracias al enorme subsidio externo, proveniente de la Unión Soviética.
"Cuando eso desapareció en los años 90, se enfrentaron a problemas reales y serios como que no podían alimentar a su propio pueblo, no podían pagar a todo el mundo para que trabajara para el gobierno, y terminaron aplicando una serie medidas obviamente muy limitadas, pero aún así fueron liberalizadoras", recordó en referencia a la autorización de la circulación del dólar, la autorización del trabajo privado y la inversión extranjera durante la crisis conocida como "período especial".
"Cuando Hugo Chávez [en 1998] ganó en Venezuela y empezaron a recibir grandes subsidios, inmediatamente revirtieron todas esas medidas liberalizadoras y volvieron a su modo más represivo", añadió.
Por eso, enfatizó, Estados Unidos está tratando de evitar darle "una válvula de escape" al régimen cubano. "No queremos convertirnos en el sustituto [de la subvención] por ir a alojarnos en hoteles del gobierno y de los militares, y obligarlos a mirar a su alrededor".
Admitió que el gobierno cubano puede tener una estrecha relación de amistad con sus homólogos de Rusia, China e Irán, pero ninguno de esos países está en posición de subvencionarlos.
"Y ahí es donde vemos que lo que realmente da poder al pueblo cubano, porque en algún momento el gobierno va tener que aceptar la demandas de su propio pueblo y abrir el país", aseveró.
Kozak valoró que las manifestaciones del MSI y el 27N son un buen ejemplo de cómo la realidad está forzando la negociación entre el gobierno y el pueblo de Cuba.
"No eran disidentes tradicionales los que, en general, fueron a protestar. Eran los hijos, hijas, nietos y nietas de los funcionarios del régimen que estaban diciendo:¿Por qué no podemos expresarnos sin que intervenga un censor del régimen?", consideró el funcionario.
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