Los directores de cuatro medios de prensa independientes cubanos debatieron este miércoles en la sección “Las mañanas de CiberCuba”, acerca del rol actual de la prensa independiente en la Isla.
Carlos Manuel Álvarez, de la revista El Estornudo; Carlos Aníbal Alonso, de Rialta; Norges Rodríguez, de YucaByte, y Luis Manuel Mazorra, de CiberCuba, fueron entrevistados por la periodista Tania Costa acerca de cómo los medios de comunicación alternativos han logrado convertirse en un espacio de referencia en la población cubana dentro y fuera del país.
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En opinión de Carlos Manuel, el surgimiento de medios independientes se debe en parte a un cambio de las condiciones políticas y culturales que se dieron tras el deshielo en las relaciones con Estados Unidos.
También precisó que antes de su generación, siempre hubo periodistas que sufrieron la insatisfacción de no poder crear un medio que no se rigiera por la línea editorial del Partido comunista.
“El Estornudo se funda tratando de huirle a la bestia del oficialismo”, dijo.
“Nos unen unas condiciones específicas que se dan y que también con el acceso paulatino a la tecnología en Cuba, con esa apertura, permite que no solo creemos cada uno un medio de prensa con su respectivo perfil, sino que empecemos a tener una audiencia, y empecemos a incidir con el espacio público (…). Y en nuestro caso que pueda dialogar, contrarrestar y poner en jaque la comunicación emitida desde el poder”, dijo.
Por su parte Norges Rodríguez, ingeniero en telecomunicaciones, recordó que antes del deshielo, la llegada de Raúl Castro al poder dio una cierta imagen de apertura del país que incluyó también la tecnología.
Para él, la blogosfera cubana fue el gran antecedente de la actual prensa independiente y muchos de los que se dedican a ella hoy son periodistas que tenían un blog o colaboraban en ellos.
“Creo que la tecnología es como el hilo conductual de todo eso, Fidel Castro nunca hubiera permitido que el acceso a Internet llegara a Cuba”, recalcó.
Sin embargo, para Carlos Aníbal la cuestión tecnológica está sobrevalorada. Él le da más importancia al hecho de que su generación fue la primera que pudo viajar al exterior sin solicitar un permiso de salida a las autoridades.
“Ese rompimiento de la burbuja cubana como un lugar de encierro, del que no puedes salir. ‘Mira, sí, salimos y volvemos a entrar, y desconectamos del plug cubano y volvemos a entrar en la Isla’”, precisó.
Asimismo, están “los vacíos tremendos que dejan los espacios cubanos. Los medios de prensa cubanos, los programas de televisión cubanos, dejan un vacío que uno dice: ‘Bueno, alguien lo tiene que llenar’. Y el surgimiento de estos medios es llenar esos vacíos que nos están dejando los medios, la prensa, la institucionalidad cubana, donde no nos sentimos representados”, añadió.
Aníbal se refirió al componente generacional que influye en el rechazo a los medios oficialistas.
“Me están dando un discurso que tiene medio siglo de retraso, esa gente siguen los juegos de oposiciones de la guerra fría, (…) están hablando una lengua muerta que no existe, no solo es que no me reflejan, es que no hablan mi lenguaje”, subrayó.
Luis Manuel Mazorra habló de cómo el deshielo abrió un interés por Cuba en el mundo y en los cubanos fuera de su patria, quienes querían saber qué estaba pasando, con un hambre de contenido que los medios oficiales no pueden suplir.
Mazorra mencionó como antecedentes de los medios actuales a Penúltimos días, Generación Y, CubaNet y Café Fuerte, páginas web que por razones principalmente tecnológicas no fueron masivas, y señaló que ahora siguen naciendo otras.
“Creo que hay espacio para que sigan naciendo”, agregó.
A la pregunta de si merece la pena desarrollar esta profesión en un país como Cuba, con los riesgos que ello implica, la respuesta positiva fue unánime.
Carlos Manuel Álvarez, quien recientemente fue detenido cuando viajó de México a La Habana para unirse al Movimiento San Isidro, donde varios de sus integrantes realizaban una huelga de hambre, expresó que su labor compensa lo suficiente para cualquier cosa que pueda sufrir: “la censura, la difamación, el asesinato de carácter”.
“El acoso, la detención, la custodia forzada a la que ahora estoy sometido tiene que ver por una parte con mi oficio como periodista y por otra parte también con una cuestión cívica. Yo entré a San Isidro, que es el hecho concreto que me tiene hoy en una situación como la que estoy, por dos razones, no solo como periodista, sino por razones que hay que entender como ciudadano”, reveló.
Luis Manuel Mazorra hizo resaltar el nivel de colaboración que existe hoy entre todos los medios independientes.
“Vale la pena por eso, por lo que hemos logrado, por lo que somos, por lo que hacemos, y sobre todo por la responsabilidad que tenemos ahora mismo con el pueblo de Cuba”, aseguró.
“El régimen ha dejado un espacio, yo diría más bien que ha destruido los medios de comunicación, la prensa. Ya los medios independientes hemos ganado ese espacio, ahora tenemos una responsabilidad y la responsabilidad es no parar de hacer esto”, añadió.
Mazorra destacó que el reciente acto de repudio que sufrió la colaboradora de CiberCuba Iliana Hernández frente a su casa, más de un millón de personas lo vieron gracias a que se transmitió en directo por Facebook live.
“Tenemos que seguir informando con veracidad, con responsabilidad y precisamente para hacer la contraparte a los medios oficialistas, que lo único que hacen es mentir, difundir, propaganda y repetir consignas vacías que son de otro siglo”, sentenció.
Con él coincidió Norges Rodríguez, quien precisó que el objetivo común de todos los medios independientes es que Cuba se parezca más a los que han conocido en otros países y que no existe en la Isla, donde hay un sistema cerrado sin acceso a la información pública, que es muy poca y además de poca credibilidad.
“Se desmonta el discurso oficial a partir, no de los datos que ellos ofrecen, sino a partir de los que aporta la propia ciudadanía, y son alternativas que uno busca en un contexto de sequía de información, y eso es lo que nos interesa a nosotros: cómo contrastar la poca información que el Gobierno da con lo que realmente existe”, explicó.
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