Dream Team Cuba de todos los tiempos en la MLB (I parte)

Hoy con la receptoría y el infield.

Campaneris: inagotable, rapidísimo, versátil... © @Athletics
Campaneris: inagotable, rapidísimo, versátil... Foto © @Athletics

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Este artículo es de hace 4 años

Las selecciones ideales siempre llegan acompañadas por la discrepancia, mas no puede negarse que constituyen un platillo delicioso en toda mesa donde se habla de deportes. En esta primera entrega de una serie sobre los Dream Team históricos de las principales potencias beisboleras en la MLB, los dejo con mi escuadra de cubanos.


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Receptor: Yasmani Grandal. El de Güira de Melena se lleva los honores por la milla en una posición donde el talento nacional no ha solido brillar en las Mayores. Su OPS de .793 en nueve campañas supera sin apuros los performances de otros catchers cubanos como el inolvidable Miguel Ángel González, Joe Azcue, Fermín Guerra y Brayan Peña. Para que se tenga una idea más clara, el cuarteto anterior sumó 95 jonrones; en solitario, Grandal tiene 149. Y sumando.

Primera base: Rafael Palmeiro. Ningún pelotero nacido en la Mayor de las Antillas ha pegado más palos allá arriba. Nada en el mundo (ni siquiera el Informe Mitchell) podrá borrar jamás una carrera de cuatro Juegos de Estrellas, tres Guantes de Oro, dos Bates de Plata, 569 cuadrangulares y 1835 impulsadas. Para los olvidadizos y malagradecidos, un recordatorio: el zurdo oriundo de La Habana es uno de solo seis jugadores que pertenecen al club 500HR/3000H. Los demás –agárrese bien de la silla- son Hank Aaron, Alex Rodríguez, Willie Mays, Eddie Murray y Albert Pujols.

Segunda base: Tony Taylor. En caliente porfía con Octavio ‘Cookie’ Rojas, el del Central Álava gana por una nariz. Su carta de presentación son 19 temporadas, 13 de ellas con más de un centenar de juegos disputados. Rápido en las bases, consistente con el madero, virtuoso en el pivoteo, carismático hasta el límite, el matancero fallecido en 2020 tiene lugar eterno en los altares de la vieja Filadelfia. La pluma de Milton Richman lo recuerda con este puñetazo: “Taylor es a los Filis lo que Ernie Banks a los Cachorros”. Dicho.

Tercera base: Tany Pérez. Cuando eres uno de los ejes de un equipo de culto que asistió a cuatro Series Mundiales en siete años, ganaste dos anillos y Cooperstown no te pudo negar una placa en sus paredes, es harto comprensible que te incluyan en Dream Teams. En su caso se trata de un orgullo cubano que empujó 1652 carreras y pegó 379 bambinazos, segundo y tercer totales más altos del ranking insular, respectivamente. Y ya no diré más. Pe-lo-te-ra-zo.

Torpedero: Bert Campaneris. Zoilo Versalles se queda corto, y ni siquiera Leo Cárdenas le puede. Y es que Campy no solo fue un lujo para los Atléticos, sino para el béisbol. En frío, su expediente habla de tres campeonatos conquistados, seis presencias en el All Star Game, ¡19! temporadas en el lomo y 649 bases estafadas, una cifra que solo han superado 13 jugadores. En caliente, le dejo el “datico” de que el ocho de septiembre de 1965 devino el primer ligamayorista que defendió todas las posiciones en un mismo desafío. En el global, valga la frase del extinto dueño de los gloriosos A’s de los setentas: “Pueden hablar de Reggie Jackson, Catfish Hunter y Sal Bando, todos esos grandes, pero era Campy quien hacía que todo sucediera”.

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Michel Contreras

Periodista de CiberCuba especializado en béisbol, fútbol y ajedrez.


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