Integrantes de la comunidad científica cubana dentro y fuera de Cuba publicaron una petición pública en forma de carta en apoyo al Movimiento San Isidro (MSI) y para exigir una “una Cuba libre y democrática”.
La carta, dirigida a la ministra de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA) Elba Rosa Pérez Montoya, está firmada en un principio por Eduardo López-Collazo, residente en España, Director Científico Hospital Universitario La Paz; y por Wendy González, directora del Centro de Bioinformática, Simulación y Modelado (CBSM) de la Universidad de Talca en Chile.
“Sirva esta carta abierta como una demostración de apoyo de la comunidad científica cubana al Movimiento San Isidro. Los firmantes somos mujeres y hombres de ciencia que, repartidos por toda la geografía del planeta, hemos decidido sumarnos al movimiento iniciado por los artistas cubanos y ampliar sus demandas”, se lee en las primeras líneas del documento.
La misiva fue puesta en la plataforma interactiva Change.org para que las personas puedan acceder a firmarla de modo online.
“Exigimos que todos los cubanos puedan reunirse en espacios independientes con derecho a la libre expresión, sin ser censurados por su ideología, estilo de vida, aspiraciones o filiaciones políticas”, continúa el documento.
Los científicos insistieron en la importancia de modernizar la isla con una educación que permita la autonomía universitaria, “la libertad de cátedra” y que se elimine el aval político de los académicos y “los dictados de la ideología imperante”, lo que, para ellos, resulta un hecho inadmisible a la altura del siglo XXI.
También reclamaron el derecho a realizar carreras internacionales sin que esto implique renunciar a poder ejercer su profesión en su país, así como el derecho a desarrollar empresas y una perspectiva científica fuera de los márgenes estatales.
“Lo que ocurre hoy en Cuba afecta no sólo al arte sino a la divulgación científica y a la libre diseminación de ideas”, subraya la carta.
Los firmantes piden establecer un diálogo con las autoridades cubanas “que sirva, en principio, como intercambio fructífero de ideas. Todo ello con el único objetivo de hacer de Cuba, nuestro país, una nación moderna y democrática”.
Piden también que se incluya en este diálogo a los cubanos fuera de la isla que han sabido ganar méritos científicos sin miramientos políticos, y califican de “gravísimo error” la segregación que han sufrido los cubanos residentes en el exterior por parte del gobierno.
La carta finaliza con un emotivo llamado a la unidad de todos los cubanos: “Creemos que ha llegado el momento de combinar las batas blancas, los guantes y las gafas con los altavoces. Es tiempo de mezclarnos con los artistas plásticos, los músicos, y el gran pueblo. Nosotros, los científicos, también formamos parte de Cuba y queremos que nuestras variopintas opiniones se incluyan en ese país que debemos construir entre todos. Cuba, definitivamente, debe mirar su futuro con los colores de la inclusividad”.
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