Reforma monetaria en Cuba: una cruz a cargar por los empresarios privados

La burocracia se niega a responder a las demandas de los ciudadanos; mientras, los gobiernos locales aumentan los impuestos a los emprendedores, obligando a un adelanto de la reforma salarial para diciembre próximo, aunque sin condiciones para su implementación.

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El Gobierno castrista desempolva viejos mecanismos para iniciar una reforma económica y controlar la participación activa de los pequeños y medianos empresarios privados en el mercado nacional, pese al duro impacto de las políticas de Trump y la COVID-19.

La estrategia del Primer Ministro, Manuel Marrero, fue aclarada la pasada semana por el Ministro de Economía, en la Mesa Redonda, donde el funcionario alardeó sobre la “autonomía administrativa” de los restaurantes estatales, subordinados a las Empresas de Comercio y Gastronomía.

También, se eliminarán los subsidios a la canasta familiar normada que se comercializa a través de la red de bodegas; pero, sin desarrollar un programa de asistencia social orientado a los sectores más vulnerables, que deberán enfrentar una crisis post-pandémica.

Las medidas buscan favorecer a la empresa estatal socialista y combatir todas las formas de “enriquecimiento ilícito” en la sociedad, sin antes promover la creación de riqueza y satisfacer el interés de los privados nacionales por asociarse con inversionistas extranjeros.

El régimen cubano aplica la represión, luego de eliminar el listado de precios topados a los productos elaborados por los emprendedores, proceso que aumentó la inflación respecto a octubre pasado y disminuyó notablemente el consumo de la población.

La burocracia se niega a responder a las demandas de los ciudadanos; mientras, los gobiernos locales aumentan los impuestos a los emprendedores, obligando a un adelanto de la reforma salarial para diciembre próximo, aunque sin condiciones para su implementación.

Las medidas de la dictadura debilitan el poder adquisitivo de las operaciones en moneda nacional o CUP, fundamentalmente en el sector de los servicios, en donde intervienen cerca de 250 mil emprendedores que satisfacen las necesidades más elementales.

Los propietarios de restaurantes y bares privados compran en el mercado informal dólares americanos a 1.60 CUC y euros a 1.70 CUC para acceder a los suministros, porque el Ministerio de Comercio Interior (MINCIN) no ofrece calidad alguna en sus productos.

Los pequeños y medianos empresarios también ofrecen sus servicios al cuerpo diplomático y a las empresas extranjeras acreditadas en la Isla, quienes realizan sus pagos en efectivo o a través de transferencias desde el exterior a cuentas nacionales en MLC.

Actualmente, los emprendedores han resistido a las terapias de choque del régimen en el proceso de reforma económica, porque aprovechan las debilidades del totalitarismo y obtienen financiamiento del presupuesto estatal para la implementación de Proyectos de Desarrollo Local.

Los éxitos de los empresarios cubanos, a pesar de la rigidez de la dictadura castrista, son ejemplo de la responsabilidad social empresarial de los privados que en medio de un cambio monetario continúan generando empleos y una clara muestra de la lucha de un pueblo por las libertades civiles.


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Ángel M. Rodríguez Pita

Ángel M. Rodríguez Pita (La Habana, 1989). Estudioso del emprendimiento y la economía cubanos.


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