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Rudy Giuliani, abogado personal del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha protagonizado este jueves una encendida defensa de los intentos de su cliente por impugnar las elecciones norteamericanas y ha asegurado, sin aportar pruebas, que existió un "fraude masivo" a nivel nacional para echar al magnate de la Casa Blanca.
"Lo que les estoy describiendo es un fraude masivo", ha exclamado Giuliani durante una rueda de prensa celebrada en el Capitolio, junto al resto del equipo legal de Trump, que desgranó acusaciones y conjuras varias, en las que se incluían la presencia de comunistas extranjeros como Cuba, China, el multimillonario George Soros y el dictador venezolano Nicolás Maduro, entre otros.
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Giuliani aseguró que existe un "patrón" a nivel nacional que se repite en varios estados, "lo que sugiere que había un plan, desde un lugar centralizado para ejecutar estos diversos actos de fraude", especialmente enfocado, ha resaltado, "en las grandes ciudades controladas por los demócratas", de las que ha dicho que "tienen una larga historia de corrupción".
"Por ejemplo, en Pensilvania, para el que probablemente tenemos la mejor evidencia, 682.770 de las boletas llegadas por correo no fueron inspeccionadas. No se pueden contar (...) La conclusión lógica es que este es un plan general, un esquema general que conduce directamente al Partido Demócrata, proviene de su candidato. Obviamente", sentenció el abogado.
"Conozco los crímenes, puedo olerlos. No tienes que oler este, puedo probártelo de 18 maneras diferentes. Puedo probarte que ganó Pensilvania por 300.000 votos. Puedo probar que ganó Michigan, probablemente por 50.000 votos", ha dicho Giuliani.
En una frenética comparecencia en la que el sudor se le mezcló con el tinte capilar, el que fuera alcalde de Nueva York, ha insistido, como ya hiciera Trump, en señalar a aquellas ciudades con importantes núcleos de población afroamericana, como Detroit, Atlanta, o Filadelfia, como los principales centros en los que se habría gestado este supuesto fraude.
El abogado ha avanzado acciones legales para impugnar los resultados en estados como Georgia, que horas después ha confirmado la victoria de Joe Biden tras la auditoría realizada, Arizona, e incluso Nuevo México y Virginia, y ha prometido estar en posesión de "cientos" de declaraciones juradas que avalarían estas acusaciones, pero que no pueden darlas a conocer de momento.
En ese sentido también se ha expresado otra de las personas del equipo legal de Trump presente durante la intervención de Giuliani. La asesora legal de la campaña del presidente de Estados Unidos, Jenna Ellis, ha criticado la "impaciencia" de los medios y ha explicado que las pruebas se presentarán ante los tribunales.
"Este no es un episodio de Ley y orden, donde todo se resuelve en 60 minutos", ha dicho haciendo referencia a la popular y longeva serie de televisión.
Otro de los abogados de Trump, Sidney Powell, desarrolló una tesis conspirativa, según la que "dictadores" y "corporaciones" estarían detrás de este complot. "Todos están en contra nuestra", dijo, por lo que se sorprende de que los medios de comunicación no estén "asombrados".
Powell también reiteró las alegaciones de que el desarrollo de los sistemas de votación con capacidades ocultas para cambiar o descartar votos fueron ordenadas originalmente por los mandatarios de Venezuela, con la participación de China y Cuba.
"Lo que realmente estamos lidiando aquí, y descubriendo cada día más, es la influencia masiva del dinero comunista a través de Venezuela, Cuba y probablemente China, y la interferencia con nuestras elecciones aquí en los Estados Unidos", dijo Powell a los periodistas.
El letrado reiteró la acusación de que el fraude se organizó con la ayuda de las tecnologías de la empresa Smartmatic, que fueron utilizadas por la empresa Dominion, registrada en Canadá. Según el abogado de la Casa Blanca, el recuento de votos se llevó a cabo en el extranjero, en Alemania y España.
"La empresa que cuenta nuestros votos, que tiene el control sobre nuestro voto, es propiedad de dos venezolanos que eran aliados de Chávez y que actualmente son aliados de Maduro. (...) Debería sorprenderte aún más el hecho de que nuestros votos sean contados en Alemania y España por una empresa propiedad de personas asociadas con Chávez y Maduro", declaró Powell.
Por su parte, Dominion Voting Systems, fabricante de las citadas máquinas, negó categóricamente cualquier problema con su software y hardware. La Agencia de Seguridad de Infraestructura y Ciberseguridad de EE.UU. también declaró que no hay evidencia de que "ningún sistema de votación haya eliminado, perdido o cambiado votos o se viera comprometido de alguna manera".
Por su parte, el canciller cubano Bruno Rodríguez se apresurí a rechazar las acusaciones y aseguró en Twitter que "Representantes del Pres.Trump mienten sin piedad al difundir información falsa sobre la supuesta injerencia cubana en las elecciones estadounidenses".
"En contraste con la política actual del Dep Estado EEUU, Cuba no interfiere en el proceso electoral de otros países", añadió.
Poco después de la rueda de prensa de Giuliani, los demócratas calificaron las acusaciones del equipo legal de Trump como "carentes de fundamento". Así lo afirmó en un comunicado el representante de la sede electoral del demócrata Joseph Biden, quien, según las previsiones de los principales medios de comunicación, ganó las elecciones presidenciales.
"La actuación de Rudy Giuliani, como siempre ocurre durante sus discursos, reveló lo absurdo de las acusaciones de fraude electoral de Donald Trump, que ya han sido completamente refutadas. Varios tribunales, funcionarios de ambos partidos e incluso la Administración Trump ha confirmado que las acusaciones de fraude electoral masivo son completamente falsas", dijo el portavoz demócrata Mike Guin.
Por su parte, los republicanos del influyente Comité sobre el Poder Judicial y sobre Supervisión y Reforma de la Cámara de Representantes de EE.UU. instaron a iniciar la investigación de los supuestos errores y actos improcedentes cometidos durante las elecciones, "para la verificación de la transparencia de las elecciones de 2020 en relación con las alarmantes denuncias de infracciones y maquinaciones".
La semana pasada un comité perteneciente al Departamento de Seguridad Nacional (DHS, en inglés) en Estados Unidos ya declaró en un comunicado que las elecciones del pasado 3 de noviembre "fueron las más seguras en la historia".
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