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Siempre que aprieta la situación del combustible en la ciudad de Santiago de Cuba, vecinos de varias barriadas padecen precariedad en el alumbrado público, hecho que se transforma en inseguridad de estar y transitar por algunas arterias urbanas.
La oscuridad, entonces, se enseñorea en las comunidades y arterias menos «céntricas», menos «turísticas», para dar cobijo a cuanta fechoría se le ocurra a la imaginación de los delincuentes, desde el hurto hasta un simple safari para apedrear las fachadas de las casas.
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Justamente esa última situación es la que denuncia una santiaguera de la barriada de Sueño, vecina de calle tercera, que alega que durante varias noches su vivienda, y otras, han recibido pedradas de un grupo de personas que, amparados por la oscuridad, lanzan rocas a puertas y ventanas, a diestra y siniestra.
“El ruido retumbó toda la cuadra”, dijo en una publicación en Facebook donde mostraba el golpe de la roca en una puerta metálica a la vez que se preguntaba “Hasta cuándo la indisciplina social en Santiago de Cuba? Sobre todo en esta parte de Sueño que permanece a oscuras”.
Al siguiente día, otro post en su muro denunciaba lo que sucedía en medio de la penumbra por el precario alumbrado público: “Nuevamente apedrearon la cuadra a media noche… ya esto se vuelve feo hemos dado parte a la policía por esta indisciplina social y a la Empresa Eléctrica para ver si procede a arreglar el alumbrado de esta calle…”
Una fuente de la Empresa Eléctrica, que prefiere mantener el anonimato, asegura que, en efecto, una de las medidas que tienen implementadas es apagar parte del alumbrado por el alto consumo de las luminarias en su conjunto.
Esa misma situación de penumbras y sus consecuencias las destaca otro santiaguero en su perfil en Facebook: “Amigos quiero presentarles estas fotos que acabo de tomar aquí en mi cuadra”.
Junto a casi una decena de imágenes, este vecino del centro de la ciudad escribió que “esta oscuridad sin alumbrado público, es así y se reitera casi en todos los barrios de la ciudad excepto las zonas maquilladas del anillo cero como dicen ellos (autoridades) que comprende Parque Carlos Manuel de Céspedes, calle Enramadas hasta Plaza de Marte…”
Situación similar, o peor, enfrentan los vecinos de los llamados Centros Urbanos: “están iluminados los objetos del comercio, la gastronomía, instalaciones bancarias, de ETECSA o de la Empresa Eléctrica, etc., pero lo que es la parte de la avenida y la parte de edificios donde sólo hay viviendas, todo eso está oscuro aquí en el Centro Urbano Abel Santamaría”, asegura un vecino de esa comunidad.
Agrega “cuando voy a trabajar temprano en la mañana soy testigo de la oscuridad que hay desde aquí, desde el Abel Santamaría, hasta el Centro de la Ciudad, y te digo, ya estoy escuchando historias de mujeres correteadas por hombres, de pajizos, y si lo unimos al tema del transporte, donde muchas veces hay que moverse a pie incluso de noche, la combinación pudiera ser bastante mala”.
La situación del alumbrado público en Santiago de Cuba preocupa a las personas y se agrava al adentrarse en barriadas o comunidades alejadas de las avenidas o zonas principales, especialmente le quita el sueño a quienes deben transitar por ahí en la noche o temprano en la mañana.
El panorama se agrava, además, por la reducción de los viajes de los medios de transporte estatal.
Aunque se toman medidas para evitar los apagones en el sector residencial, las consecuencias de tales acciones también alteran la vida de las personas.
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