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El presidente estadounidense Donald Trump dijo el viernes que espera que en abril de 2021 existan dosis de vacunas contra el coronavirus suficientes para cada ciudadano de la nación norteamericana.
"Cientos de millones de dosis estarán disponibles cada mes y esperamos tener suficientes vacunas para cada estadounidense para abril", afirmó Trump en rueda de prensa.
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"En poco tiempo tendremos una vacuna segura y eficiente y derrotaremos este virus", destacó.
El inquilino de la Casa Blanca aseguró que la distribución de la vacuna comenzará de manera "inmediata" tras recibir la autorización de los reguladores de salud estadounidenses y que se distribuirá en "cantidades masivas" por el ejército.
"De nuevo estamos muy avanzados en la vacuna, creemos que en algún momento en un futuro muy cercano la tendremos. Creo que puedo decir que estamos años antes de lo que sería si fuera una administración diferente a esta", expresó.
Trump había dicho previamente que la vacuna contra el coronavirus podría ser aprobada en octubre, una fecha que algunos expertos consideraron ambiciosa y poco probable.
El pronóstico de Trump también está en desacuerdo con el del director del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), el Dr. Robert Redfield, quien dijo a principios de esta semana que Estados Unidos no tendría una vacuna ampliamente disponible hasta el verano o principios del otoño del año próximo y que en la primera etapa las dosis serían limitadas.
Actualmente, hay tres fabricantes de medicamentos respaldados por Estados Unidos en pruebas de etapa avanzada para posibles vacunas contra el coronavirus. A principios de esta semana, el CDC dijo que estaba trazando un gran plan para que una vacuna sea gratuita para todos los estadounidenses siempre y cuando se apruebe para uso público.
Hace pocos días, las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina publicaron una propuesta para distribuir la vacuna en Estados Unidos, una vez se apruebe una.
La vacuna se distribuiría en cuatro fases: primero la recibirían los trabajadores de la salud, las personas mayores de 60 años y aquellas con problemas de salud subyacentes; luego, los trabajadores esenciales, maestros, presos y personas sin hogar; seguidos por los niños y adultos jóvenes.
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