Destrucción de áreas verdes, robo de jarras para beber agua y suciedad por doquier por la acción humana, así describe el periódico oficialista Sierra Maestra la reapertura el pasado sábado del Coppelia La Arboleda en Santiago de Cuba.
En medio de gigantescas colas, que caldearon los ánimos de la población, reabrió la famosa instalación que desde los años 80 del pasado siglo presta servicios en la llamada tierra caliente del oriente cubano, y que cerró durante cinco meses para ser sometida a una amplia renovación con una atractiva iluminación, diseños de fantasía y un colorido mobiliario.
El periódico oficialista y órgano de difusión del Partido en la provincia narra que el mismo sábado tras una llovizna, algunas personas se trasladaron a áreas mejor resguardadas y en medio del movimiento, muchos se llevaron las jarras de las mesas.
Añade que en el salón climatizado las personas hablaban en voz alta, conversaciones que derivaron en un verdadero escándalo. La publicación también criticó que algunos clientes se excedieran en el tiempo de permanencia en las mesas, impidiéndole a otros acceder al servicio.
Mientras esto acontecía en las instalaciones interiores, afuera también el panorama era lamentable: niños arrancando las hojas de los árboles cercanos al estanque, y tirándolas en el agua, dañando el resto de las especies vegetales, que en algunos casos es nuevo, y todo con poca supervisión de adultos.
El caos en la reapertura del Coppelia La Arboleda fue completado con los desechos de cucuruchos de maní, envolturas caramelos y pirulí, vasitos plásticos, que estaban esparcidos por doquier.
La propaganda oficialista que caracteriza los medios estatales cubanos resaltó en varias ocasiones la reinauguración del Coppelia La Arboleda, especialmente su nueva imagen que le ha convertido en la más reciente “tacita de plata” de Santiago de Cuba, a pesar de haber recibido intensas críticas en las redes sociales por abrir sus puertas en medio de un rebrote de Covid 19 en el país.
Santiagueros se quejan en redes sociales de que la reapertura del coppelia no cambió la tradicional pésima calidad en los servicios de esta y otras instalaciones de su tipo.
El coppelia forma parte de la tendencia de la “reanimación” gastronómica en la urbe que se concentra más en lo constructivo que en los servicios y las ofertas, y que han convertido la ciudad en repositorio de sitios vitrina para que dirigentes de otras provincias “vengan a tomar experiencias”.
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