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Miembros de la oposición de Venezuela acusan al dictador Nicolás Maduro de estar relacionado con un avión privado que transportaba al país andino armas y dinero, y que fue incautado por las autoridades estadounidenses en Florida.
El hecho ocurrió el pasado sábado en la ciudad de Fort Lauderdale, al norte de Miami, aunque fue dado a conocer este martes por el Servicio de Aduanas y Protección de Fronteras de Estados Unidos en un comunicado de prensa.
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Agentes de aduana interceptaron el aparato, un Bombardier Learjet 55B, que llevaba 82 armas de fuego, incluido un rifle de francotirador Barrett de calibre .50, 18 rifles de asalto, seis escopetas y 58 pistolas semiautomáticas, además de 63000 rondas de municiones y un chaleco antibalas.
También se requisaron 20.312 dólares en efectivo que no habían sido declarados y 2.618,53 dólares en cheques endosados, precisó la información.
El diputado venezolano Carlos Paparoni, del partido opositor Primero Justicia, afirmó en Caracas que el avión está vinculado a Alex Saab, un empresario colombiano acusado de lavado de dinero en Miami y de mantener negocios corruptos con el régimen de Maduro, y quien desde junio está preso en Cabo Verde.
“Avión venezolano YV 3441 interceptado por autoridades de EEUU cargado con armas y dinero en efectivo pertenece a una empresa de Roswell Rosales, piloto de Alvaro Pulido Vargas, socio del testaferro de Maduro, Alex Saab. El mundo se les pone pequeño, su estructura criminal está desnuda”, expresó en su cuenta de Twitter.
“Uno de los pasajeros frecuentes del YV 3441, interceptado por autoridades de EEUU cargado con armas y dinero en efectivo, es Carlos Rolando Lizcano, pieza clave de las estructuras criminales de Alex Saab. Los que dudan deben saber que la oportunidad para salvarse no será eterna”, añadió en otro tuit.
Los dos pilotos del avión son venezolanos y fueron identificados como Luis Alberto Patino y Gregori Méndez. Ambos fueron arrestados y acusados de contrabando de dinero en efectivo y mercancías de Estados Unidos, y de posesión ilegal de armas de fuego.
La aeronave estaba registrada en Venezuela y en su documentación aparecía que su destino era la isla caribeña de San Vicente y las Granadinas.
Sin embargo un agente especial de Investigaciones de Seguridad Nacional de Estados Unidos dijo en una declaración jurada que uno de los acusados confesó que el destino final de la travesía era Venezuela.
“Por mi formación y experiencia, sé que los pilotos han presentado planes de vuelo a terceros países para evitar la detección de sus destinos finales y así evitar el escrutinio de las autoridades policiales”, explicó el oficial Jared Rine.
“Los agentes del CBP (Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza) observaron que el avión estaba completamente cargado, desde la cabina de mando hasta el lavabo, con cajas y estuches de armas, municiones y enseres domésticos”, relató.
Hasta el momento no ha trascendido por qué se compraron las armas.
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