Un adolescente cubano de 15 años ha recibido una brutal paliza en el barrio de Los Pinos, en Arroyo Naranjo (La Habana). Según testigos de lo ocurrido, el adolescente estaba este lunes en la esquina de su casa, en la calle Cisneros Betancourt, entre 3ra y 2da, jugando con su móvil, cuando llegó un camión de Policía y un agente le pidió el carnet de identidad.
El adolescente dijo que lo tenía en su casa y cuando hizo amago de ir a buscarlo, el agente intentó inmovilizarlo y él se defendió. Inmediatamente le cayeron encima 16 policías, según la versión del padrino de la víctima. Ante los reclamos de los vecinos, los policías se justificaron diciendo que "estaba grandón".
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El padre del muchacho salió a ver qué ocurría con su hijo y también fue apaleado, pese a ser una persona mayor, que salió hace aproximadamente tres meses del hospital tras sufrir un derrame cerebral.
A pesar de que Los Pinos es una zona populosa, apenas una veintena de vecinos, la mayoría mujeres, salieron a socorrer al menor de edad, que tiene fama en el barrio de ser tranquilo, aunque mide "dos metros" y es aficionado al boxeo.
El vídeo de la conmoción vecinal que provocó el suceso, compartido en las redes sociales, ha despertado la indignación de quienes rechazan a la Policía Nacional Revolucionaria porque utiliza los mismo métodos de represión que la batistiana.
"Es vergonzoso ver a la PNR transformarse en la Policía que teníamos antes del triunfo de la revolución, en los esbirros de Batista", dijo Lisandra Barruelo.
"No hay justificación ninguna para ese atropello. Esos policías están intimidando al pueblo, creando el miedo. No había ninguna necesidad de llegar a esa violencia y menos con un menor de edad. Están asfixiando a un pueblo de violencia, hambre y humillación", señaló Aurora Noa.
Por su parte, Debora Prieto, vecina de Los Pinos, lamentó que muy pocos hombres salieran en defensa del adolescente apaleado. "¿Dónde están los hombres de Los Pinos? Mañana puede ser uno de ellos. ¿Hasta cuándo van aguantar? Las mujeres en Cuba son las que tienen pantalones. Ése era el lugar para gritar abajo el abuso, abajo el comunismo y abajo Díaz-Canel".
Y a las autoridades cubanas envió un mensaje: "Ahora que no digan que (el menor apaleado) es un delincuente, que yo conozco bien ese muchacho y no se mete con nadie. Es buena persona y solo se dedica a la familia", escribió.
Los episodios de brutalidad policial en Cuba se han vuelto cada más frecuentes y más difíciles de ocultar por el gobernante Partido Comunista desde que los cubanos tienen acceso a Internet y la posibilidad de compartir en las redes sociales los excesos de los agentes de lo que ellos llaman Policía Nacional Revolucionaria.
A principios de julio de 2020 CiberCuba tuvo acceso al vídeo viral de un enfrentamiento entre la policía y ciudadanos cubanos, compartido en el grupo de Facebook San Nicolás de Bari contra el comunismo. El material audiovisual recoge el momento en que un agente detiene a un joven y los testigos gritan que lo dejen tranquilo, que él no ha hecho nada.
La represión se ha incrementado durante la crisis de la COVID-19. La Policía cubana advirtió en marzo de este 2020 que todo aquel que fuera interceptado en la calle sin nasobuco sería detenido, trasladado a la estación y procesado por un delito de propagación del coronavirus.
Es el caso de un padre de familia, Fabián Grunet García, que tiene juicio pendiente por bajarse el nasobuco para fumar en mitad de la calle. Según su esposa, se lo llevaron sin preguntarle nada.
El pasado 27 de junio de 2020, el Ministerio del Interior de Cuba reconoció en una nota publicada en el diario Granma, órgano oficial del Partido Comunista, que un joven negro, Hansel Ernesto Hernández Galiano, había muerto dos días antes por disparos de la Policía en La Lima, Guanabacoa (Habana del Este).
El 1 de julio de 2020 el Gobierno cubano desplegó un operativo policial sin precedentes para sofocar una manifestación pacífica convocada contra los abusos policiales y el racismo en la Isla. El Observatorio Cubano de Derechos Humanos dio parte de al menos 78 detenciones arbitrarias y 146 activistas sitiados en sus casas para impedirles acudir a la protesta.
Pocos días después, el 7 de julio de 2020, la Policía admitió la muerte de otro joven víctima de la brutalidad policial en Cuba. Esta vez, ocurrió en San Cristóbal, Artemisa. Yamisel Díaz Hernández, de 38 años, falleció de un disparo de un agente de la PNR, cuando supuestamente trasladaba unos caballos robados a un campesino de la zona y atacó con un machete al funcionario que intentaba detenerlo.
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