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El secretario de Estado, Mike Pompeo, afirmó que "es indignante" que Cuba se una al Consejo de Derechos Humanos de la ONU y llamó a los estados miembros a rechazar esa posibilidad.
Para el funcionario estadounidense, "es indignante que el Consejo de Derechos Humanos ofrezca sentar a Cuba, una dictadura brutal que trafica a sus propios médicos bajo el disfraz de misiones humanitarias".
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"Ningún país debería votar a Cuba en el consejo", subrayó el jefe de la diplomacia estadounidense durante una rueda de prensa este miércoles en el Departamento de Estado.
Pompeo ha sido uno de los mayores críticos de las políticas de la isla que violan los derechos humanos de grandes grupos o minorías.
Especialmente ha criticado la venta de servicios médicos en la isla, la principal fuente de divisas de La Habana, por considerarla una forma de trata de personas y de esclavitud moderna.
Las declaraciones de Pompeo ocurren luego de que la nación caribeña solicitara llenar una de las vacantes regionales de ese organismo con sede en Ginebra para el periodo 2021-2023.
Antes Cuba ya había formado parte del Consejo en 2014-2016 y 2017-2019.
Tras las afirmaciones del secretario de Estado, el canciller cubano Bruno Rodríguez respondió en Twitter que el funcionario "calumnia la cooperación médica internacional en medio de la #COVID19 como pretexto para endurecer el bloqueo a #Cuba".
"Distrae la atención, con objetivo electoral, de la mala gestión en #EEUU que va llegando a 5 millones de casos y 162 mil muertes", expresó el representante del gobierno cubano.
El Consejo, compuesto por 47 estados miembros elegidos por votación directa y secreta, fue creado en 2006 para reemplazar a la Comisión de Derechos Humanos.
Sin embargo, el organismo se ha visto envuelto en varias polémicas que han afectado su credibilidad, y que hicieron que Estados Unidos abandonara su puesto en el mismo en 2018.
Una de las razones de ese descrédito ha sido la incorporación de Venezuela en 2019 en el consejo para 2020-2022 a pesar de las críticas a su historial de derechos humanos.
Washington, que ya se había retirado, calificó la medida como "una farsa que socava aún más la ya frágil credibilidad del consejo".
En junio último, Pompeo también afirmó que ese organismo era "un refugio para dictadores", y lo retó a llegar a lugares donde "existen numerosas necesidades legítimas de su atención" como Cuba, China e Irán.
Ese mismo mes, un grupo de 574 ciudadanos, activistas, representantes de organizaciones y proyectos de la sociedad civil independiente, líderes de opinión y voceros de movimientos sindicales de Cuba, entre otros, también pidieron a varios representantes de la ONU evitar que la isla forme parte del Consejo.
Al respecto, afirmaron que debe tenerse en cuenta la represión que día a día ocurre en el país, así como el irrespeto a las leyes y las libertades individuales.
Una muestra de esto último ocurrió el pasado 3 de julio, cuando el ciudadano cubano Ariel Ruiz Urquiola se presentó ante el consejo para denunciar el hostigamiento del régimen cubano contra su familia, y su alocución fue saboteada por el representante del gobierno de la isla en el foro.
La presentación del científico cubano durante el 44º período ordinario de sesiones del Consejo fue interrumpida en cinco ocasiones, por lo que su intervención, que debía limitarse a 90 segundos según las reglas del este tipo de sesiones, se extendió durante 13 minutos.
En la noche de ese mismo día, la televisión oficialista en Cuba llamó al joven activista de "mercenario" por sus denuncias ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
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