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La periodista Linne Diéguez Solana mostró su indignación y desconcierto ante las nuevas tiendas recaudadoras de divisas que abrieron esta semana las autoridades en Cuba con gran cantidad de productos desaparecidos del país, pero solo para quienes tienen dólares y reciben remesas de sus familiares en el extranjero.
"Nos engañaron", me dijo hace un par días un amigo que se fue, y yo me encogí de hombros y salí a buscar a un revendedor justo después de contestarle: "no, peor, nos traicionaron", escribió Diéguez en una publicación de Facebook que ya no es pública.
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Pese a que ya no está disponible en su perfil, sus palabras fueron capturadas por varios usuarios e incluso compartidas íntegras por muchos cubanos que sufrieron su misma historia de desencanto con el país.
La periodista reconoce que creció "siendo revolucionaria", "gritando consignas, saltando para no ser yanqui", defendió "con fervor las conquistas de la Revolución" y entró a esa profesión para "ser látigo y flor, y decir la verdad de frente, y atacar lo mal hecho para ayudar a perfeccionar nuestra sociedad".
Ella creyó, soñó y confió en los dirigentes cubanos. Sin embargo, no puede entender que "hoy necesite cosas elementales que no están a mi alcance porque no tengo a nadie que me ponga en la tarjeta dinero del enemigo que quemé en las fiestas del CDR en forma de muñecón. Yo no tengo a ninguna persona de esas que no creyeron, ni soñaron y mucho menos confiaron, que me envíe dinero".
Ante la retirada de esa publicación, algunos apuntaron que en Cuba "el miedo existe, es muy fuerte, y no es infundado. La decepción también". Otros cubanos señalaron que "le tomó tiempo abrir los ojos pero mejor tarde que nunca" y "es impotencia más que tristeza lo que sentimos al leer sus palabras".
Desde que este lunes abrieron las 72 tiendas en moneda libremente convertibles, los cubanos no salen de su sorpresa al ver la variedad de productos e incluso los altos precios, nada acordes con el salario de los residentes en la isla.
La directora de Tiendas Caribe, Ana María Ortega Tamayo, dijo esta semana que esos productos llegaron a Cuba 72 horas antes de la apertura. "Se recibieron en la madrugada y en una operación conjunta se llevaron a las provincias con prontitud", señaló en el espacio estatal Mesa Redonda.
Ante esta y otras medidas anunciadas por el gobernante designado Miguel Díaz-Canel y otros altos cargos, el humorista Ulises Toirac afirmó que en Cuba "estamos rectificando desde que nací casi. Y el final no se ve, porque nunca se termina de rectificar"
Por su parte, el cineasta Juan Pin Vilar aconsejó a los jóvenes cubanos irse del país porque la vida es una. "Váyanse pa´la pinga de este país... todo lo demás es muela intelectual y pasadera de mano", escribió Vilar en Facebook.
CiberCuba reproduce a continuación de manera íntegra las palabras de Linne Diéguez Solana:
Yo crecí siendo revolucionaria. Gritando consignas, saltando para no ser Yanqui, queriendo ser como el Ché y leyendo mucho a Martí.
Yo crecí al frente de un colectivo de pioneros, dirigiendo en la FEEM y en la UJC. Fui militante del Partido a los 25 años...
No creo que haya dejado de leer nada de lo que se publicó en Cuba del Realismo Socialista y estuve desde la primaria en la radio, en la televisión, en congresos...
Yo defendí -con fervor- las conquistas de la Revolución, porque me hablaron de un país para todos, sin exclusiones, sin limitaciones por clases sociales,donde contábamos todos.
Yo salí con mi pulover del Ché en marchas y caravanas hacia Tribunas Abiertas porque creía de corazón en la utopía de un mundo mejor donde mi pueblo trabajaría, forjaría y decidiría su propio futuro. Yo me hice periodista para ser látigo y flor, y decir la verdad de frente, y atacar lo mal hecho para ayudar a perfeccionar nuestra sociedad.
Yo crecí en el "Con todos y para el bien de todos", despreciando a gobiernos anteriores donde los pobres miraban con tristeza vitrinas que no se podían permitir. Donde los latifundistas les pagaban tan poco a los trabajadores que el salario no les alcanzaba para nada.
Yo creí, soñé, confié... Y no puedo entender que hoy necesite cosas elementales que no están a mi alcance porque no tengo a nadie que me ponga en la tarjeta dinero del enemigo que quemé en las fiestas del CDR en forma de muñecón. Yo no tengo a ninguna persona de esas que no creyeron, ni soñaron y mucho menos confiaron, que me envíe dinero.
"Nos engañaron", me dijo hace un par días un amigo que se fue, y yo me encogí de hombros y salí a buscar a un revendedor justo después de contestarle: "no, peor, nos traicionaron".
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