Un ciudadano chino, residente en Dongshan, en la provincia de Yunnan encontró una rara tortuga cabezona o macrocéfala cerca de un arroyo. Se trata de una especie amenazada que se caracteriza por tener un pico similar al de un águila y una larga cola como si fuera un cocodrilo.
El gran tamaño de la cabeza del animal es otra de sus características más peculiares y es justamente la que le da el nombre de “cabezona” o macrocéfala. Es de forma triangular y tan grande con respecto a su cuerpo que le resulta imposible esconderla en el interior de su caparazón.
El hecho de que su cabeza no pueda protegerse en el caparazón no la deja indefensa. La parte superior y los lados del cráneo están cubiertos de huesos que actúan como escudo protector.
En cuanto a la mandíbula, la tiene en forma de gancho, similar al pico de un águila, con los bordes revestidos con otra cubierta córnea dura. Sus grandes y fuertes mordidas le permiten alimentarse de moluscos, crustáceos, peces y ranas.
El nombre científico de esta especie es Platysternon megacephalum. Habita en arroyos poco profundos de las zonas montañosas del sudeste asiático. Se encuentra en China, Laos, Birmania, Tailandia y Vietnam.
Esta especie de tortugas se caracteriza por trepar árboles cerca de ríos y arroyos. Es de hábitos nocturnos y no es buena nadadora, por eso se aferra a las rocas para buscar alimentos.
En cuanto a su cola, si se compara con otras tortugas es mucho más larga y delgada y en la piel muestra escamas similares a las de un cocodrilo. Esta especie puede llegar a medir hasta 20 cm.
El ciudadano chino que descubrió al animal quedó tan sorprendido de su aspecto que llamó a la policía forestal para informar el hecho.
El ejemplar de tortuga cabezona fue capturado y entregado a las autoridades que lo enviaron a la estación de rescate de vida silvestre local, para posteriormente ser liberado en su hábitat natural según informó CGTN.
La lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, considera a la tortuga cabezona una especie amenazada. Hallazgos de este tipo son muy poco frecuentes en la vida silvestre.
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