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Lucinda González, esposa del preso político cubano Silverio Portal Contreras, afirmó que este se está muriendo dentro de la cárcel de La Habana donde lo tienen confinado.
En declaraciones a Radio Televisión Martí, la mujer aseguró que ha sufrido presiones por parte de las autoridades para que no denuncie en redes sociales las irregularidades del caso de Silverio, quien cumple una condena de cuatro años por "desorden público y desacato" en la prisión 1580, en San Miguel del Padrón, La Habana.
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"Yo voy a parar porque realmente Silverio se me está muriendo dentro de la prisión", expresó.
Dijo que su esposo, de 72 años, "está perdiendo completamente su visión". Las autoridades afirman que la causa son las continuas isquemias transitorias que el activista opositor ha sufrido en la cárcel.
Le aseguraron que el prisionero fue llevado al Instituto Nacional de Oftalmología Ramón Pando Ferrer, donde los especialistas presuntamente confirmaron que podría quedar ciego debido a los referidos eventos isquémicos.
Sin embargo, antes le habían informado que la avanzada ceguera de su esposo se debía a una tumoración, por lo que ella no confía en la nueva versión ofrecida por el régimen.
El pasado 17 de junio, un día antes de cumplirse dos años del encarcelamiento de Silverio, Lucinda manifestó sus temores de que "un día no muy lejano le comuniquen que su marido murió en la cárcel", debido a los múltiples problemas de salud que presenta.
"No quiero que me entreguen a mi esposo muerto. Eso es lo único que pido a las autoridades cubanas. Silverio necesita apoyo, todos los presos políticos lo necesitan, pero para los que están enfermos como él, es urgente", imploró la mujer en una entrevista con la agencia CubaNet.
La falta de atención médica adecuada y las golpizas que ha recibido en la cárcel han agravado la salud del activista en los últimos meses.
En 2015, Portal Contreras declaró que pertenecía al Movimiento por una Nueva República y en agosto de 2019 Amnistía Internacional lo declaró preso de conciencia.
El activista había denunciado que el Estado cubano no le daba empleo por ser un defensor de los derechos humanos y, por ello, se veía obligado a recoger desechos en las calles que pudieran servirle para fabricar artesanías.
Lucinda ha presentado varias reclamaciones a las instituciones que supuestamente velan por el cumplimiento de la legalidad en Cuba -la Fiscalía, el Tribunal Provincial de La Habana y el propio Departamento de Prisiones-, pero jamás ha tenido respuestas.
"Todos los caminos legales los he agotado", comentó el mes pasado.
Otras opciones, como la licencia extrapenal o, incluso, el cambio a una cárcel de menor rigor, solicitadas en 2019 tras confirmarse el deterioro de la salud de su esposo, también le han sido denegadas.
El pasado 5 de junio el Grupo de Trabajo sobre la Detención Arbitraria de Naciones Unidas presentó una resolución en la que exigió al régimen de Miguel Díaz-Canel la liberación inmediata y la "reparación con indemnización por los daños causados" a siete presos políticos, entre ellos Silverio Portal Contreras.
La organización Cuban Prisoners Defenders (CPD) informó que ha iniciado procedimientos ante la Unión Europea y Estados Unidos para que aborden la situación de estos defensores de los derechos humanos que cumplen penas injustas en la isla.
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