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La piscina del Club Campestre de Cabaiguán, en Sancti Spíritus, ha sido reabierta por el Instituto Nacional de Deporte, Educación Física y Recreación (INDER) este verano con el agua verde, tal y como acostumbra este organismo a mantener la mayoría de las albercas que están bajo su custodia.
Lo del agua verde en las piscinas no debería sorprender a muchos cubanos, pues esas son las condiciones habituales de entrenamiento que han tenido durante décadas los atletas de natación y demás deportes acuáticos en la isla.
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Sin embargo, la piscina en cuestión ha sido reabierta para el disfrute de la población este verano, en lo que se supone sea de alguna manera un área recreativa.
Los residentes de Cabaiguán aclaran que el agua que reciben en sus hogares tiene un color similar, por lo que no se sorprenden y ante las altas temperaturas se atreven a disfrutar de un buen chapuzón sin temor de enfermarse.
Los tratamientos al agua de las piscinas deben realizarse diariamente, pero el INDER en sus centros deportivos no garantiza muchas veces la óptima calidad del recurso hidráulico, a pesar de que reciben controles periódicos de las instituciones de salud pública.
Algunos podrían decir que el color verde se debe al reflejo de la vegetación, pero no, hay otros factores que determinan ese color en el agua, como por ejemplo, un fondo sin pintura y mantenimiento, carencia de sistema de recirculación e insuficiente cantidad de cloro y demás productos químicos que se aplican para eliminar bacterias en el agua.
Las piscinas que no presentan un correcto mantenimiento pueden generar enfermedades en los usuarios como la otitis, infecciones vaginales y hongos conocidos como pie de atleta, patologías que todo nadador cubano ha sufrido alguna vez.
El INDER es incapaz de aprender de organismos cubanos como el Ministerio de Turismo (MINTUR) que mantienen el agua de sus piscinas cristalina. Aunque los segundos también han recibido más de una queja de sus clientes que si bien no se refieren al agua verde, si señalan la mugre en los bordes de la pileta, lozas rotas que producen heridas y otros problemas como el mal estado de los toboganes.
Las piscinas en Cuba son un espacio ideal para el ocio, a pesar de que muchas no tienen las condiciones óptimas para el disfrute. Por último quisiera destacar que el acceso de los niños a las piscinas públicas en Cuba siempre debe estar supervisado por un adulto, porque muchas veces no tienen servicio de salvavidas y esto ha ocasionado accidentes fatales en todos los territorios del país.
Como dato curioso la piscina más cara de toda Cuba es nada más y nada menos de la piscina del Gran Hotel Manzana Kempinski, en La Habana, que fue inaugurado en 2017. Pasar un día en esta piscina costaba el pasado verano 87 CUC los fines de semana y más de 60 CUC los días entre semana.
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