Los Jardines de La Polar fue un hermoso parque de influencia modernista que hubo en La Habana y del cual solo quedan sus ruinas, vestigios de tiempos de belleza y esplendor en Cuba.
Estos jardines son posteriores a los de La Tropical que datan de 1904 y se encuentran ubicados en la misma zona, Puentes Grandes, en el municipio Marianao, en las márgenes del Río Almendares.
Los Jardines de La Polar estaban vinculados a la Compañía Cervecera Internacional SA que era una fábrica de hielo, cerveza Polar y malta Trimalta. Esta empresa empleaba a 520 trabajadores y era la segunda fábrica en importancia entre las tres grandes compañías productoras de cerveza en la isla.
La Cerveza Polar, surgió en Cuba en 1911, aunque la marca se registró oficialmente el 21 de agosto de 1916. El fundador de la fábrica fue Jesús Rodríguez Bautista. En 1958 el capital de la compañía ya ascendía a 3 millones de pesos.
En la década de 1950 Cuba poseía cinco fábricas de cerveza que producían cerca de 30 millones de litros anuales para una población aproximada de 6 millones de habitantes, según indica la web Delgranoalacopa.
Los dueños de las industrias cerveceras y fábricas de hielo más importantes entendieron desde los inicios del siglo XX que el acto de beber era una práctica social y ofrecieron a la ciudad un espacio para hacerlo de modo seguro y placentero.
Se dice que para su diseño fueron seleccionados arquitectos catalanes al igual que para los Jardines de La Tropical que fue la primera cerveza de Cuba. Ambos parques fueron cuidadosamente diseñados para propiciar el intercambio social en el centro de la ciudad.
Eran accesibles y aunque estaban en medio de La Habana, al entrar a ellos el visitante descubría un remanso de paz en el que disfrutaba hasta de paseos en bote por el río Almendares.
La flora utilizada para recrear los paisajes naturales estaba especialmente seleccionada respetando los distintos niveles visuales y la composición de conjunto, así como la protección de especies endémicas.
Los Jardines de La Polar se caracterizaban por la belleza de sus salones de bailes y actividades sociales. Tenía diferentes áreas cuidadosamente diferenciadas.
Ofrecían una programación cultural atractiva y diversa que era el principal gancho para acercar diferentes públicos al disfrute del parque. Eran el escenario favorito de las mejores orquestas cubanas.
Sus salones de baile se llamaban Trimalta, Criollo, Romano y Las Pérgolas. En ellos se celebraban cumpleaños, fiestas de quinceañeras, conciertos con orquestas famosas y otras muchas actividades.
A inicios de la década del 2010 los Jardines de La Polar fueron completamente cerrados al público por el peligro de derrumbe de las edificaciones que fueron abandonadas a su suerte mucho tiempo antes, aproximadamente en la década de 1990.
La única zona que recibió una inversión, y de eso hace más de 3 años, fue el famoso Estadio de La Polar, en el que habaneros de todos los municipios y especialmente los muchachos de Puentes Grandes, jugaban al fútbol desde la década de 1920.
En el 2017 el presidente de la Federación Internacional de Fútbol (FIFA), Gianni Infantino, hizo el saque de honor para inaugurar el césped sintético del campo de fútbol de La Polar. Desde entonces no se ha restaurado nada más en esta zona.
El gobierno de la capital ha proyectado la rehabilitación de los Jardines de La Polar en más de una ocasión, pero implica una inversión millonaria. No ha surgido un proyecto que garantice que dicha inversión pueda ser recuperable.
Restaurar los jardines no es solo salvar las edificaciones que en él se encuentran, sino sanear el entorno natural y las comunidades aledañas. Además, allí se han instalado de modo ilegal varias familias, por lo que difícilmente sea un proyecto prioritario para el gobierno.
Tras el triunfo de Fidel Castro, los dueños de La Polar se trasladaron a Venezuela donde tenían una de sus fábricas desde 1941. Allí se asentaron y continuaron con la comercialización de la marca.
CiberCuba visitó los Jardines de La Polar en enero del 2020. Fotografiamos el estado de abandono en que se encuentra el parque. Las imágenes del río Almendares lleno de desechos, escombros y basura; las ruinas de las edificaciones algunas de ellas ocupadas de modo ilegal; y la destrucción que reina por doquier, son una muestra de cómo la desidia en Cuba corroe todo aquello que una vez fue símbolo de belleza, divertimento y glamour.
En el Aniversario 500 de La Habana solo se restauraron los Jardines de La Tropical. El gobierno de la capital espera que los Jardines de La Polar caigan por su propio peso.
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