El programa de los Lucas, sus listas de éxitos y sus nominaciones o premios de fin de año, aspiran a crear jerarquías en el gusto de los espectadores, y además constituyen indicios certeros, testimonios eficaces, que testimonian la buena salud, y el alcance multicultural, del video musical cubano.
A continuación, diez razones para celebrar el cumpleaños 23 del proyecto Lucas, un espacio siempre polémico, y siempre alentado e impulsado por el realizador Orlando Cruzata, junto a un equipo muy activo de colaboradores:
1. El programa de los videos musicales cubanos es uno de los escasos espacios televisivos reñidos con el aburrimiento del espectador, y vencedor en la desgastante batalla por hacer entretenimiento apto en términos culturales.
2. Entre sus virtudes se cuenta la capacidad de mejoramiento en función de la calidad de los videos musicales que se programen, nominen y premien. Ese es el sentido de los premios que entregan los jurados: sostener en alto el nivel de la calidad.
3. A finales de año ocurren las galas y premiaciones, que le han enseñado a un sector del público la diferencia que existe entre los mejores y los más populares, y además han demostrado la capacidad del equipo para poner en escena, y en pantalla, grandes revistas musicales realizadas en teatro, una práctica casi extinguida en la televisión nacional.
4. Porque los mejores videos que los Lucas nominan y premian no solo ilustran y enriquecen el tema musical, sino que representan un terreno de intersección artística donde se integran las más diversas y sugerentes narrativas, estéticas y referencias.
5. El programa, sobre todo a través de sus nominaciones y premiados, le muestra al público (con todo y sus posibles errores) las obras que eluden las convenciones que gobiernan en la mayor parte de los videos, y también los realizadores que se atreven a jugar con las mencionadas convenciones.
6. El programa demostró que algunos excepcionales videos musicales realizados en Cuba, por lo menos la veintena seleccionada año tras año por los jurados, asumen su insoslayable sentido de pertenencia a la cultura nacional a través de códigos narrativos y estéticos de universal ascendencia.
7. En tiempos de clausura para las producciones de cine y televisión, por escasez de recursos, los Lucas mantuvieron saludablemente activo nuestro panorama audiovisual.
8. Los videos musicales concentrados en torno a los Lucas han demostrado la pujanza de toda una generación de realizadores, fotógrafos, editores y productores que adoptaron esta modalidad audiovisual como carta credencial y terreno de entrenamiento.
9. A lo largo de 23 años los músicos cubanos y las casas discográficas han comprendido, gracias también a Lucas, la importancia de contar con un soporte audiovisual para promover sus creaciones, una promoción que debe trascender el picotillo injustificado de planos, la cámara saltando por gusto y para nada, y el despliegue arbitrario de gente bailando, ropa glamorosa y bonitas locaciones.
10. Los premios Lucas demostraron que el video musical debe ser entendido como promoción y publicidad, pero estos propósitos se cumplen cabalmente cuando se consigue propulsar la canción, reinterpretarla, y así suministrar un notable impulso al músico o cantante protagonista.
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