Clientes de ETECSA denuncian demora en el traslado de sus líneas fijas

El panorama impuesto por la llegada del coronavirus a la isla le ha servido al monopolio estatal para enmascarar la burocracia y las ineficiencias.

Trabajador de ETECSA con nasobuco por pandemia de coronavirus © CiberCuba
Trabajador de ETECSA con nasobuco por pandemia de coronavirus Foto © CiberCuba

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Este artículo es de hace 4 años

Clientes de la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (ETECSA) en La Habana esperan desde hace meses por el traslado del servicio de la telefonía básica (también llamado teléfono fijo) hacia sus nuevos domicilios.

Al darse a conocer en noviembre pasado que solo las personas naturales que tuvieran contratos anteriores al 8 de enero de 2020 podían solicitar la continuidad del servicio al cambiar de residencia, muchos titulares de teléfonos se apuraron en pedir la mudanza de sus fijos hacia los lugares donde vivían, por temor a perderlos.


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Entonces quedó claro que el traslado del servicio se haría efectivo “siempre que ETECSA posea infraestructura disponible para su instalación”. No obstante, el panorama impuesto por la llegada del coronavirus a la isla le ha servido al monopolio estatal para enmascarar la burocracia y las ineficiencias.

De acuerdo con la propietaria de un teléfono fijo desde 2013, “le pedí a ETECSA que me pusiera la línea en el lugar donde vivo desde el 2018 y me dijeron que en 60 días como máximo lo harían. Desde entonces han pasado más de seis meses y siempre que llamo para saber de mi caso me dan una respuesta diferente”.

La vecina del municipio capitalino de Boyeros explica que “me dijeron que sí existían las facilidades técnicas en mi nueva residencia para poner el teléfono allí, pero luego inventaron que no las había. Después apareció un técnico que por 100 CUC me lo ponía enseguida”.

Sin embargo, llegó la pandemia y todo se detuvo. En palabras del ama de casa de 53 años, el operario expresa que “la cosa está fea porque están cambiando muchas numeraciones fijas en La Habana y los están controlando mucho, que hay poco que pueda hacer hasta que todo se normalice”. Asegura que hay que esperar “un poquito”, pero que “si le pagaba yo tenía el número uno para hacerme el traslado”.

“Ya son seis meses de retraso. Medio año sin el aparato que me permite estar en contacto con mi familia, que vive en Santiago de Cuba. ¿A quién se le ocurrió cambiar los números al mismo tiempo que tanta gente pidió traslado? Era de suponer que todo se trabara porque aquí no hay nada fácil”, destaca.

La opinión de una residente de Marianao, La Habana, se resume en que en ETECSA las justificaciones han sido muchas para no hacer el traslado que pidió también en diciembre. “A principios de marzo fui a ver al jefe principal de la oficina para quejarme por la demora y me enteré que había alrededor de 100 personas del territorio esperando igual que yo.

“Primero, que había muchos casos y pocos carros; que estaba reportado el caso, pero que había problemas con el transporte, que no había petróleo. Luego, llegó la pandemia y el coronavirus les ha servido a todos para justificar la negligencia en todos los trámites, pero si pagas te lo ponen al día siguiente”, denuncia con molestia.

A pesar de que uno de los objetivos de ETECSA es seguir acrecentando la telefonía básica, a los traslados pendientes producto de la nueva política se les unen otros atrasados de años anteriores. Al decir de Julia, “deben saldarse las deudas. Poco a poco hay que ayudar a los que llevan más rato esperando por que les instalen un teléfono que les pertenece.

“Muchos tenían la esperanza de que este año 2020 se verían algunas soluciones a esos pendientes de la telefonía fija. Sé de una mujer que lleva cuatro años esperando el traslado del teléfono y se lo mandaron a poner después de dar escándalos y escribir cartas a malanga y el puesto de viandas. Es una falta de respeto porque ya no basta ni con tener el dinero para pagarlo por la izquierda”, acota.

Otro de los disgustos más grandes de cuantos ha generado ETECSA durante la incidencia del coronavirus en Cuba lo ha provocado la suspensión de la reparación de los aparatos telefónicos de línea o fijos.

A tenor con Flor, de 64 años, “uno puede arreglar celulares e inalámbricos con los cuentapropistas, pero los fijos solo los atiende ETECSA. Es absurdo que si se nos rompe el teléfono tengamos que esperar a que no haya coronavirus para arreglarlo. Se supone que el contrato que firmamos con la empresa para tener teléfono nos proteja de cosas como estas.

“El teléfono no es un lujo, sino una necesidad por un problema de comunicación y más bajo esta situación de enfermedad que tenemos ahora. Muchos ancianos solo tienen eso para llamar por ayuda ante una emergencia. No todo el mundo puede comprarse y mantener un celular.

“ETECSA no es más que un monopolio incompetente. Durante años les han otorgado los teléfonos fijos a aquellos ‘ciudadanos modelo’, los bien vistos por las organizaciones políticas y de masas. ¿Es que acaso el resto de la población no merece tener la posibilidad de optar por eso? Por lo menos que respondan a las demandas de los pocos afortunados que pueden tener un teléfono fijo en Cuba”, concluye.

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