Un joven cubano que trabaja en el Hospital Clínico de 26, en La Habana, encontró a un anciano desorientado en el parque de la entrada del centro médico y decidió ayudarlo a reunirse con su familia.
Raúl SA, publicó ayer en su perfil de Facebook una solicitud de ayuda para encontrar a la familia de Jorge Martínez Echevarría.
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“Urgente. Desde la mañana un señor lleva deambulando por el Clínico de 26 y en la tarde salgo y todavía el señor andaba por los contornos del hospital”, explicaba en su post Raúl.
El joven se acercó al anciano, le preguntó si se sentía mal, le dio agua y supo que estaba perdido desde hacía varios días.
Jorge Martínez fue descubierto deambulando por el hospital. Lo ingresaron para chequear su estado de salud y al estar bien se le dio el alta médica. Sin embargo, al salir nadie lo fue a recoger.
Mientras Raúl conversaba con Jorge, intentando ubicar su posible domicilio, se acercó una mujer que lo conocía y le informó que tenía demencia y su familia lo buscaba desde hace 15 días que había desaparecido.
Parecería fácil coger un transporte y llevar al ciudadano a su casa, pues recordaba todos los datos de su carné de identidad. Sin embargo, en la crisis por el coronavirus en Cuba no hay transporte público.
La distancia entre el municipio de residencia (Playa) y el lugar en que ambos se encontraban era considerable y en La Habana, además, hay restricciones de movimiento por el coronavirus.
"Este es un lugar al que no es fácil llegar. Aquí está hasta precintada la zona con cinta amarilla por ser un centro hospitalario", explicó ayer Raúl en una transmisión directa por Facebook.
Raúl llamó a la policía para informar el caso, prometieron ir pero después de muchas horas esperando no aparecían. El joven compartió su comida con el anciano y tuvo que abandonar parte de su jornada de trabajo para acompañarlo en espera de alguna solución.
A las 3 de la mañana se acercó la primera patrulla policial a ver el caso, después de varias llamadas pidiendo ayuda para regresar a este anciano a su hogar. Sin embargo, tampoco lo llevaron a su casa porque “tienen indicado no recoger deambulantes”.
Desde la policía informaron al SIUM que tampoco aceptó transportar al ciudadano a su casa por no ser un paciente. A las 3:30 de la mañana finalmente accedieron a llevarlo exigiendo que tuviera un acompañante.
Raúl se mantuvo junto a Jorge hasta entregarlo en su hogar. El joven confesó haber llorado varias veces ayer, la primera por impotencia, al verse con los brazos atados frente a las carencias y la burocracia en Cuba, agudizadas en medio de la crisis sanitaria.
La segunda vez que se emocionó fue cuando logró llegar a casa de Jorge y dejarlo junto a su esposa, una señora de 92 años. Raúl narra con sencillas palabras una tierna escena de amor y reencuentro:
“Lo abrazaba y le daba besos de piquitos y también le daba por el hombro y regañándolo le decía: "no me hagas más eso". Jorge solo decía: “Vieja como extraño mi televisor y mi cama. Yo salí y ¡se me olvidó como virar!”, narra Raúl en Facebook.
“Yo solamente hice lo que haría por mi abuelito que ya está muerto y en todo momento pensaba en él”, explica Raúl en su perfil de la red social a las personas que han dejado mensajes de agradecimiento y apoyo por tan humana acción.
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