Cuba registra su cifra más baja de nacimientos desde 1966

El país cerró 2019 con 11.193.470 personas, 16.158 menos que en 2018, una diferencia que se va acentuando de año en año y confirma la tendencia ya iniciada a la disminución de habitantes en términos absolutos.

Cubano en un solar de la isla © Wikimedia Commons
Cubano en un solar de la isla Foto © Wikimedia Commons

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Este artículo es de hace 4 años

La tendencia al decrecimiento de la población cubana se acentuó en 2019 cuando la isla caribeña registró un total de 109.716 nacimientos, 6.617 menos que en 2018 y la cifra más baja desde las 264.022 personas que se estima nacieron en 1966, reveló este mes el Anuario Demográfico de Cuba 2020.

El país cerró 2019 con 11.193.470 personas, 16.158 menos que en 2018, una diferencia que se va acentuando de año en año y confirma la tendencia ya iniciada a la disminución de habitantes en términos absolutos, marcada por muy bajos niveles de fecundidad y mortalidad, junto a la alta esperanza de vida y al saldo migratorio externo negativo.


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Según la publicación de la estatal Oficina Nacional de Estadísticas e Información (Onei), la población cubana reportó una tasa anual de crecimiento de -1,4 por 1000 habitantes y mantuvo el saldo migratorio externo negativo. Además, disminuyó en 16 794 habitantes por concepto de emigración, la cifra más baja en la última década.

El saldo migratorio tiene en cuenta solo a aquellos inmigrantes y emigrantes que entran o salen del país con carácter definitivo. Las estadísticas, por tanto, no visualizan al alto número de personas que desde la flexibilización migratoria de enero de 2013 han decido residir temporalmente fuera de la isla caribeña.

Entre 1970 y 2019, la edad mediana pasó de 27 a 42 años y la proporción de personas de 60 años y más aumentó del 9,9 al 20,8 por ciento. En otras palabras, de cada 100 personas un poco más de 20 son adultas mayores, un desafío creciente para los sistemas cubanos de protección social.

Además, la tendencia al envejecimiento podría acentuarse en los próximos años cuando arriben a la tercera edad las personas nacidas durante el boom demográfico de inicios de los años 60. En la estructura por edades, quienes tienen menos de 15 años apenas alcanzan 15,8 por ciento, mientras que el grupo de 15 a 59 representa el 63,4 por ciento.

La fecundidad como determinante

Con antecedentes que se remontan a las primeras décadas del siglo XX, la fecundidad de las cubanas se sitúa entre las más bajas de América Latina y el Caribe. Estudios especializados identifican este indicador como la determinante fundamental del decrecimiento de la población y de su estructura por edades.

Se estima, además, que esta tendencia sería inevitable incluso en ausencia total de migraciones externas.

Según la publicación de la Onei, la fecundidad llegó en 2019 a los niveles más bajos de la última década con 42,5 nacimientos por cada 1000 mujeres en edad reproductiva (15 a 49 años). Desde 1978, la isla no alcanza el nivel de reemplazo poblacional estimado en un promedio de más de dos hijos por mujer.

El descenso se produce en un contexto de ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos, incluido el acceso a la planificación familiar y al aborto seguro. Según el Anuario Estadístico de Salud 2020, disponible también desde este mes en el portal sobre salud Infomed, el pasado año las instituciones sanitarias efectuaron 73 661 abortos.

Con una marcada tendencia al descenso desde que en 1986 se registraran 160 926 interrupciones de embarazo, las estadísticas indican que en 2019 tuvieron lugar 27 abortos por cada 1000 mujeres entre 12 y 49 años, 66,7 por cada 100 partos y 39,8 por cada 100 embarazadas.

Del total de 41 mujeres que murieron el pasado año por causas relacionadas con el embarazo, el parto y puerperio, dos estuvieron relacionadas con la práctica del aborto. La tasa de mortalidad materna descendió de 43,8 a 37,4 por cada 100.000 nacidos vivos, baja en el contexto regional pero considerada alta para Cuba.

Ascenso de la mortalidad

Las estadísticas oficiales dan cuenta de un aumento de defunciones en 2019 con una tasa de mortalidad general de 9,7 por cada 1 000 habitantes, la más alta desde 1967. La muerte de hombres superó en más de 10 300 la de las mujeres, una tendencia presente en todas las edades.

La tasa de mortalidad masculina es 4,7 veces superior a la femenina para la muerte por lesiones autoinfligidas, 3,7 veces mayor para la cirrosis y otras enfermedades del hígado y 1,3 veces superior para los tumores malignos. Los hombres mueren más que las mujeres por enfermedades del corazón, cerebrovasculares y de las vías respiratorias.

Según el Anuario Estadístico de Salud, en Cuba se muere en primer lugar por enfermedades crónicas no trasmisibles, seguido de las enfermedades transmisibles, la muerte materna, perinatal y nutricional, y, por último, por causas externas como los accidentes, el suicidio o las agresiones de diversa índole.

Aunque el mayor número de muertes se concentran en los grupos etarios de 60 años y más, la mortalidad infantil crece también por primera vez en más de cinco años y pasa de 4 a 5 por cada 1 000 nacidos vivos.

“La tasa de años de vida potencial perdidos se eleva, para las enfermedades del corazón, los tumores malignos, las enfermedades cerebrovasculares y la influenza y neumonía”, asegura el anuario del Ministerio de Salud Pública en su texto introductorio que reporta, además, “un exceso de mortalidad por diabetes mellitus en las mujeres”. (2020)

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