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La producción porcina en Cuba ha disminuido como resultado de un déficit de comida para los animales, según Gustavo Rodríguez Rollero, ministro de la Agricultura en la isla.
Durante una visita a entidades y productores líderes en la provincia de Matanzas, el titular resaltó la experiencia en la Estación Experimental de Pastos y Forrajes Indio Hatuey (EEPF-IH), sobre las alternativas de alimentación de los cerdos para su cría.
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Rodríguez dijo que en ese centro lograron sustituir alrededor del 30 por ciento del pienso que el país importa por una combinación de alimentos a base de yuca, follaje de plantas proteicas como la morera y microorganismos eficientes, de acuerdo con medios oficialistas.
El ministro explicó que, a raíz de la rebaja de un importante nivel de maíz y harina de soya por ajustes en el Plan de la Economía promovido por el gobierno, el reto actual está en aprovechar más la tierra, la buena genética, el conocimiento técnico y la tecnología en las distintas unidades productoras.
Al normalizarse la situación epidemiológica en el país respecto de la pandemia del coronavirus —apunta Rodríguez— en la EEPF-IH se impartirá un curso docente a directivos y especialistas del sector sobre el tema de la producción porcina.
Por otro lado, reconoció que los tiempos del coronavirus provocan que el pueblo demande mayor cantidad de alimentos en los mercados, y se incluye la necesidad de abastecimiento a hospitales y centros de aislamientos.
Cuba se encuentra sumida en un declive económico que es anterior a la pandemia, pero que se ha visto agravado como resultado de los efectos globales de la misma. Precisamente, los alimentos, de por sí escasos en tiempos de “normalidad”, son de las necesidades más difíciles de cubrir para los cubanos con regularidad, mientras la prensa oficialista hace referencia, con cara de póquer, a la disminución de comida en mercados de países como Estados Unidos y España.
Entre la muy limitada variedad de carnes a las que pueden acceder los cubanos comunes y corrientes, se encuentra la de cerdo que ahora, frente a las acometidas de la COVID-19, ha alcanzado precios de hasta 80 pesos (3.25 USD) por libra, en un país donde el salario medio ronda los 40 dólares mensuales. No solo se ha elevado el costo, sino que resulta bastante difícil encontrar una pieza en los mercados.
Esta alza de precios ha sucedido a pesar de que las autoridades establecieran un tope de los mismos en medio de la crisis generada por el coronavirus, poniendo un máximo de 45 pesos cubanos por libra.
Las cifras de la carne han ido subiendo de forma paulatina, mientras su presencia se vuelve una rareza. A mediados de abril la libra se comercializaba a 55 pesos, generando malestar entre los compradores que afirmaron que los precios estaban por las nubes, pero ante la extendida necesidad no había más remedio que hacer el sacrificio. Tan simple como eso: O lo pagas, o no comes.
Un lector comentó a Cibercuba que en estos momentos una pierna de cerdo de grandes proporciones podía llegar a valer hasta 100 dólares. A la vez, no falta quien considera que la escasez de carne porcina en el mercado se debe precisamente a la medida gubernamental de poner límite a su precio, lo que origina que el producto comience a circular en el mercado negro y a un coste mayor.
Por ejemplo, el arroz, que se vendía en marzo a 5 y 6 pesos en los mercados de productos liberados, hoy se encuentra a 25 pesos o 1 dólar.
Sobre el país se cierne la amenaza de una marcada crisis económica resultante, en gran medida, de la reducción drástica del turismo internacional en la región entera del Caribe a causa de la pandemia, una actividad que reportaba significativos dividendos al régimen de La Habana.
Rodrigo Malmierca Díaz, ministro del Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, advirtió días atrás que Cuba tendrá que “prepararse para situaciones muy complejas” y reveló que se analizan experiencias del pasado, como las implementadas en los años del Período Especial en la década de los 90.
Malmierca explicó que la crisis se reflejará en un aumento de los precios y señaló que han existido incrementos de los costos de la leche en polvo (15%) y el arroz (18%), dos productos de alta demanda por la población.
“Trataremos de evitar que, en el caso de los alimentos, haya afectaciones a la población”, aseguró. “Nadie va a quedar desamparado, pero, como resultado de la pandemia, van a existir afectaciones”, subrayó, al tiempo que se refirió al embargo de Estados Unidos como el “principal obstáculo” para el desarrollo del país.
“Nuestra economía es muy abierta y depende mucho del comercio exterior, por lo que se debe trabajar en función de exportar, sustituir importaciones sobre todo en lo referido a alimentos y energía, y mantener todos los esfuerzos por atraer la inversión extranjera”, puntualizó.
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