Efectivos del Ministerio del Interior (MININT) cubano en la provincia de Villa Clara desarticularon dos presuntos negocios ilícitos, consistentes en el desvío de sacos de cemento y un cargamento de ropa al por mayor para ser vendidos en el mercado negro, según informó la edición de ayer del Noticiero Nacional de Televisión.
En ambos casos, se habrían usado como transporte vehículos de empresas estatales.
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En el primero, tras una denuncia telefónica, las autoridades policiales del municipio de Cifuentes detectaron que había un ciudadano descargando desde un camión hacia su vivienda cien sacos de cemento. Al proceder al registro, la policía encontró otros 292 sacos en el interior del inmueble.
El dueño explicó que ese cemento lo quería para construir su vivienda y que los papeles lo tenían los compradores, unos supuestos tractoristas de la localidad.
En el otro caso presentado en el reportaje, un camión perteneciente al Ministerio de la Construcción viajaba lleno de ropa hacia el municipio de Placetas, cuando fue interceptado por las autoridades. El reportero oficialista calificó la abundancia de ropa distribuida en la cama del camión como "historia de ciencia ficción".
Al ser interrogado por los efectivos del MININT el conductor alegó no conocer el origen de la mercancía ni el punto de entrega final, del cual le avisarían en una llamada telefónica.
Para justificar la carga, falsificó tres facturas en una operación por la que le pagarían 400 CUC.
Ambos casos permanecen en investigación para determinar otros posibles implicados y precisar presuntas responsabilidades de quienes no controlaron el uso de los medios de transporte estatal en los supuestos delitos, precisó el medio oficial.
En las últimas semanas abundan en la prensa cubana este tipo de reportajes, concebidos a menudo como "juicios paralelos" después de que las autoridades (incluidas el presidente Miguel Díaz-Canel y el primer ministro Manuel Marrero) recomendaran usarlos como escarmiento mediático contra quienes "se aprovechan" de la situación creada por la pandemia de coronavirus.
Estos reportes del género "neoamarillista", a los que los cubanos se refieren en broma como "Tras la huella segunda temporada" (en referencia una serie policíaca basada en hechos reales sucedidos en la isla, cuyos protagonistas son un equipo de investigación del Sistema Criminalista cubano) siempre son presentados como parte de un combate contra el supuesto enriquecimiento y no suelen indagar en las causas de los presuntos delitos.
La abundancia de ese tipo de "reportaje criminal" transmitido en los horarios de máxima audiencia ha suscitado la preocupación de a la prensa independiente cubana, que acusa a los medios oficialistas de no cumplir muchas veces los estándares éticos y periodísticos de este tipo de notas. "Eso los convierte en materiales lesivos para los implicados y para una sociedad que continúa reproduciendo y aceptando las actitudes de vigilancia policial que ven premiadas con estos reportajes", escribió recientemente el medio Periodismo de Barrio.
Desde el comienzo de su mandato, Díaz-Canel ha insistido en la lucha contra las ilegalidades y la corrupción, especialmente contra el robo de combustibles y materiales de construcción.
Sin embargo, el año pasado la Contraloría General de la República reconoció en el Consejo de Ministros que no habían conseguido frenar la corrupción.
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